Página 185 - El Hogar Cristiano (2007)

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Lo que no debe ser el esposo
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es acaso hijo de él tanto como de ella? ¿No tiene acaso él obligación
natural de llevar pacientemente su parte de la carga que representa
criar a los hijos
Consejos a un esposo autoritario
—Su vida sería mucho más
feliz si Vd. no se creyese investido de autoridad absoluta por ser
esposo y padre. Su práctica demuestra que interpreta erróneamente
su posición de vinculador en la casa. Manifiesta nerviosidad y un
espíritu autoritario. A menudo deja ver mucha falta de juicio, y,
cualquiera que sea su opinión acerca de su propia conducta en tales
ocasiones, es imposible que su esposa y sus hijos la tengan por
consecuente. Una vez que tomó una decisión, rara vez está dispuesto
a revocarla. Se obstina en llevar a cabo sus planes aun cuando
muchas veces su conducta es errónea y debiera reconocerlo. Lo
que Vd. necesita es muchísimo más amor y tolerancia, y menos
determinación para salirse con la suya en palabras y en hechos. Si se
empeña en el camino que sigue ahora, en vez de ser vinculador de su
familia, será instrumento de opresión y angustia para los demás....
Al tratar de obligar a otros a cumplir sus ideas en todo detalle,
Vd. ocasiona a menudo mayor daño que si cediese en tales puntos.
Esto sucede aun en las ocasiones en que sus ideas sean correctas
en sí, pero no lo son en muchas cosas. Resultan exageradas como
consecuencia de las peculiaridades de su organización; por lo tanto
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Vd. insiste en imponer lo incorrecto en forma enérgica e irracional
Vd. tiene opiniones peculiares acerca de cómo gobernar su fa-
milia. Ejerce un poder independiente y arbitrario, que no tolera en
derredor suyo ninguna libertad de voluntad. Se considera suficiente
para ser jefe de su familia y piensa que su cabeza basta para hacer
actuar a cada miembro como una máquina es movida por las manos
de los obreros. Vd. dicta y asume autoridad. Esto desagrada al Cielo
y contrista a los compasivos ángeles. Vd. se ha conducido en su
familia como si fuese el único capaz de gobernarse a sí mismo. Se
ha ofendido porque su esposa se atreviera a oponerse a una opinión
suya o a dudar de sus decisiones
Esposos inquietos y preocupados
—Esposos, dad a vuestras es-
posas oportunidad de vivir su vida espiritual.... Muchos cultivan la
disposición al enfado al punto que se vuelven como niños grandes.
No dejan atrás esta fase de su vida infantil. Conservan estos senti-
mientos hasta entorpecer y empequeñecer toda la vida por sus quejas