Capítulo 2—Los fundamentos del hogar
El lugar más atractivo del mundo
—Aunque incumben a los
padres responsabilidades pesadas con respecto a velar cuidadosa-
mente por la felicidad y los intereses futuros de sus hijos, también
les incumbe el deber de hacer el hogar tan atractivo como sea po-
sible. Esto tiene consecuencias mucho mayores que la adquisición
de bienes y de dinero. El hogar no debe carecer de alegría. El sen-
timiento familiar debe conservarse vivo en el corazón de los hijos,
para que puedan recordar el hogar de su infancia como lugar de paz
y felicidad muy próximo al cielo. En tal caso, cuando lleguen a la
madurez procurarán a su vez ser un consuelo y una bendición para
sus padres
El hogar debe ser para los niños el sitio más agradable del mundo,
y la presencia de la madre en él debe ser su mayor atractivo. Los
niños son por naturaleza sensibles y amantes. Es fácil contentarlos o
hacerlos infelices. Por medio de suave disciplina, palabras y actos
cariñosos, las madres pueden conquistar el corazón de sus hijos
Limpieza, aseo, orden
—La limpieza, el aseo y el orden son
indispensables para la administración apropiada de la familia. Pero
cuando la madre considera esas virtudes como deberes de la máxi-
ma importancia en su vida y para consagrarse a ellos descuida el
desarrollo físico, mental y moral de sus hijos, comete un triste error
Debe enseñarse a los creyentes que a pesar de ser pobres no
necesitan ser desaseados en su persona o en su hogar. Debe ayudarse
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al respecto a los que no parecen comprender el significado ni la
importancia de la limpieza. Se les debe enseñar que quienes han de
representar al Dios santo y alto deben mantener sus almas puras y
limpias, y que esa pureza debe abarcar su vestuario y todo lo que hay
en la casa, de modo que los ángeles ministradores tengan evidencia
de que la verdad obró un cambio en la vida, purificó el alma y refinó
los gustos. Los que, después de recibir la verdad, no realizan cambio
alguno en su manera de hablar, conducirse y vestirse, así como en
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