Página 21 - El Hogar Cristiano (2007)

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Los fundamentos del hogar
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trabajo deben combinarse. “En el cuidado no perezosos: ardientes
en espíritu; sirviendo al Señor.”
Medios de ahorrar trabajo
—En muchos hogares la esposa y
madre no tiene tiempo para leer a fin de mantenerse bien informada
ni tiene tiempo para ser la compañera de su esposo ni para seguir de
cerca el desarrollo intelectual de sus hijos. No hay tiempo ni lugar
para que el querido Salvador sea su compañero íntimo. Poco a poco
ella se convierte en una simple esclava de la casa, cuyas fuerzas,
tiempo e interés son absorbidos por las cosas que perecen con el
uso. Muy tarde despierta para hallarse casi extraña en su propia casa.
Las oportunidades que una vez tuvo para influir en sus amados y
elevarlos a una vida superior pasaron y no volverán jamás.
Resuelvan los fundadores del hogar que vivirán conforme a un
plan más sabio. Sea su fin primordial hacer agradable el hogar.
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Asegúrense los medios para aligerar el trabajo, favorecer la salud y
proveer comodidad
Aun las tareas más humildes son obra de Dios
—Todo el tra-
bajo necesario que hagamos, sea lavar los platos, poner la mesa,
atender a los enfermos, cocinar o lavar, es de importancia moral.
... Las tareas humildes que se nos presentan deben ser hechas por
alguien; y los que las cumplen deben sentir que están haciendo un
trabajo necesario y honorable, y que al cumplir su misión, por humil-
de que sea, realizan la obra de Dios tan ciertamente como Gabriel
cuando era enviado a los profetas. Todos trabajan en su orden y
en sus respectivas esferas. La mujer en su hogar, al desempeñar
los sencillos deberes de la vida que deben ser realizados, puede y
debe manifestar fidelidad, obediencia y amor tan sinceros como los
que manifiestan los ángeles en su esfera. La conformidad con la
voluntad de Dios hace que sea honorable cualquier trabajo que debe
ser hecho
[21]
The Review and Herald, 2 de febrero de 1886
.
El Ministerio de Curación, 301
.
The Signs of the Times, 5 de agosto de 1875
.
The Review and Herald, 10 de junio de 1902
.
Christian Temperance and Bible Hygiene, 105, 106
.
Testimonies for the Church 2:298, 299
.
The Review and Herald, 15 de septiembre de 1891
.
El Ministerio de Curación, 285
.