Página 216 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
si eran irritables se les alimentaba para hacerlos callar, cuando, en la
mayoría de los casos, su irritación se debía precisamente al hecho
de haber recibido en exceso un alimento hecho perjudicial por los
hábitos erróneos de la madre. Tal exceso de alimento no podía sino
empeorar las cosas, pues su estómago estaba ya recargado.
Generalmente, desde la cuna se enseña a los niños a satisfacer su
apetito y a vivir para comer. Durante la infancia, la madre contribuye
mucho a la formación del carácter de sus hijos. Puede enseñarles a
dominar el apetito, o a satisfacerlo y volverse glotones. Es frecuente
que la madre ordene sus planes para hacer cierta cantidad de trabajo
durante el día; y cuando los niños la molestan, en vez de tomarse el
tiempo para calmar sus pequeñas tristezas y distraerlos, los acalla
dándoles de comer, lo cual cumple su fin durante breve plazo, pero
al fin empeora las cosas. El estómago de los niños quedó atestado de
alimento cuando menos lo necesitaba. Todo lo que ellos requerían
era un poco del tiempo y de la atención de su madre, pero ella
consideraba su tiempo como demasiado precioso para dedicarlo a
entretener a sus hijos. Posiblemente la tarea de ordenar su casa con
buen gusto, a fin de merecer la alabanza de las visitas, y la de preparar
alimentos en forma aceptable, son para ella de más importancia que
la felicidad y la salud de sus hijos
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Comida sana, apetitosa y sencilla
—La comida debe ser tan
sencilla que su preparación no absorberá todo el tiempo de la madre.
Es verdad que debe dedicarse cierto cuidado a proveer alimentos
sanos, preparados en forma también sana y atrayente, y no se ha
de creer que cualquier cosa que se pueda mezclar descuidadamente
para servirlo como alimento es bastante bueno para los niños. Sin
embargo, debiera dedicarse menos tiempo a la preparación de platos
malsanos y al esfuerzo por agradar al gusto pervertido, y más tiempo
a la educación e instrucción de los niños
Preparación del ajuar para el niño
—En la preparación del
ajuar para el niño hay que buscar lo que más conviene, la comodidad
y la salud, antes que la moda o el deseo de despertar la admiración.
La madre no debe gastar tiempo en bordados y en labores de fantasía
para embellecer la ropa de su pequeñuelo, ni imponerse así una
carga de trabajo inútil, a costa de su salud y de la del niño. No debe
cansarse encorvándose sobre labores de costura que comprometen
su vista y sus nervios, cuando necesita mucho descanso y ejercicio