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El Hogar Cristiano
y de corazón endurecido estarían menos inclinados a seguirle y a
hallar cabida en el reino de Dios. Al acercarse estos pequeñuelos
a Cristo y al recibir su consejo y bendición, la imagen de él y sus
palabras misericordiosas se grababan en sus mentes plásticas, para
no borrarse ya más. Debemos aprender una lección de este acto de
Cristo, a saber que el corazón de los jóvenes es muy susceptible a
las enseñanzas del cristianismo, pues es fácil influir en él en favor de
la piedad y de la virtud, y es fuerte para conservar las impresiones
recibidas
“Dejad a los niños, y no les impidáis venir a mí; porque de los
tales es el reino de los cielos.” Estas preciosas palabras deben ser
apreciadas, no sólo por toda madre, sino también por todo padre.
Alientan a ambos padres para que presenten a sus hijos a Cristo y
para pedir al Padre en su nombre que deje descansar su bendición
sobre toda la familia. No son solamente aquellos a quienes más se
ama quienes han de recibir atención especial, sino que también los
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niños inquietos y rebeldes necesitan educación cuidadosa y tierna
dirección
[252]
Good Health, enero de 1880.
The Review and Herald, 24 de marzo de 1896
.
El Deseado de Todas las Gentes, 473
.
Testimonies for the Church 4:141
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Testimonies for the Church 4:142
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The Signs of the Times, 13 de agosto de 1896
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