Página 231 - El Hogar Cristiano (2007)

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Cómo estima el cielo a los niños
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la disciplina y admonición del Señor, a fin de que sean preparados
para hacer su obra en este tiempo y en la eternidad
Madres, tratad amablemente con vuestros pequeñuelos. Cristo
fué una vez un niñito. Por amor suyo, honrad a los niños. Consi-
deradlos como un cometido sagrado, no para mimarlos y hacer de
ellos ídolos, sino para enseñarles a vivir una vida pura y noble. Son
propiedad de Dios; él los ama y os invita a cooperar con él para
ayudarles a adquirir un carácter perfecto
Si queréis ir en paz al encuentro de Dios, suministrad ahora
alimento espiritual a su grey, porque cada niño tiene la posibilidad
de alcanzar la vida eterna. Los niños y los jóvenes son el tesoro
peculiar de Dios
Es necesario inculcar a los jóvenes la verdad de que sus dones no
les pertenecen. La fuerza, el tiempo, el intelecto, no son sino tesoros
prestados. Pertenecen a Dios, y todo joven debería resolverse a
darles el uso más elevado; él es una rama de la cual Dios espera
fruto; un mayordomo cuyo capital debe producir renta; una luz para
iluminar la obscuridad del mundo. Todo joven y niño tiene una obra
que hacer para honra de Dios y elevación de la humanidad
[254]
La senda del cielo es adecuada a su capacidad
—Vi que Jesús
conoce nuestras flaquezas, y ha experimentado lo mismo que no-
sotros en todo, menos en el pecado. Por lo tanto, nos ha preparado
una senda adecuada a nuestra fuerza y capacidad, y como Jacob,
ha andado suavemente y con serenidad con los niños según lo que
ellos pudieran soportar, a fin de sostenernos por el consuelo de su
compañía y servirnos de guía perpetuamente. El no desprecia, des-
cuida ni deja atrás a los niños del rebaño. El no nos ha ordenado
que avancemos y los dejemos. El no ha viajado tan apresuradamente
como para dejarnos rezagados juntamente con nuestros hijos. ¡Oh,
no; sino que ha emparejado la senda de la vida, aun para los niños!
Y requiere que los padres, los conduzcan por el camino estrecho.
Dios nos ha señalado una senda adecuada a la fuerza y capacidad de
los niños
[255]
The Signs of the Times, 3 de abril de 1901
.
Mensajes para los Jóvenes, 327
.
The Review and Herald, 30 de marzo de 1897
.
Manuscrito 13, 1891
.
The Signs of the Times, 10 de septiembre de 1894
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