Capítulo 52—El gobierno del hogar
Principios guiadores para los padres
—En el mundo, muchos
dedican sus afectos a cosas que en sí son tal vez buenas, pero se
satisfacen con ellas y no procuran el bien mayor y más elevado
que Cristo desea darles. No debemos tratar ahora de privarlos brus-
camente de lo que consideran estimable. Revelémosles lo bello y
precioso de la verdad. Induzcámoslos a contemplar a Cristo y su
amabilidad. Entonces se apartarán de todo lo que desvíe de él sus
afectos. Tal es el principio que debe regir la actuación de los padres
en la educación de sus hijos. Por vuestra manera de obrar con los pe-
queñuelos podéis, mediante la gracia de Cristo, amoldar su carácter
para la vida eterna
Los padres y las madres debieran dedicar su vida al estudio de
cómo lograr que sus hijos se acerquen tanto a la perfección del
carácter como puede lograrlo el esfuerzo humano combinado con la
ayuda divina. Ellos han aceptado esta tarea con toda la importancia
y responsabilidad que entraña, por el hecho de que trajeron hijos al
mundo
Se necesitan reglas para gobernar el hogar
—Todo hogar cris-
tiano debe tener reglas; y los padres deben, en sus palabras y su
comportamiento mutuo, dar a los niños un precioso ejemplo vivo
de lo que desean que lleguen a ser. Enseñad a los niños y jóvenes a
ser fieles a Dios y a los buenos principios; enseñadles a respetar y
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obedecer la ley de Dios. Entonces esos principios regirán su vida y
se cumplirán en sus relaciones con los demás
Deben seguirse los principios de la Biblia
—Es necesario velar
constantemente para que los principios en que se basa el gobierno de
la familia no sean despreciados. El Señor quiere que las familias de
la tierra sean símbolos de la familia celestial. Y cuando las familias
terrenales sean dirigidas correctamente, la misma santificación del
Espíritu se comunicará a la iglesia
Antes de que puedan representar correctamente el gobierno que
Dios quiso que hubiera en la familia, los padres mismos deben ser
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