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El Hogar Cristiano
discernimiento claro y agudo para reprimir la inclinación de ella a
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gobernarlas a ambas, a salir con la suya y a obrar como le agrade
Un gobierno firme y sereno
—He visto a muchas familias nau-
fragar por exceso de gobierno de parte de su cabeza, mientras que
mediante consultas y acuerdo todos podrían haber progresado bien
y armoniosamente
La falta de firmeza en el gobierno de la familia causa mucho
daño; es en realidad tan mala como la falta absoluta de gobierno. Se
pregunta a menudo: ¿Por qué resultan los hijos de padres religiosos
tan frecuentemente tercos, desafiadores y rebeldes? El motivo reside
en la preparación recibida en el hogar. Demasiado a menudo los
padres no están unidos en su gobierno de la familia
Un gobierno caprichoso, en el que una vez se sostienen las
riendas con firmeza, y en otra ocasión se permite lo que se había
condenado, significa la ruina para un niño
Una ley para los padres y los hijos
—Dios es nuestro Legisla-
dor y Rey, y los padres han de sujetarse a su gobierno. Este prohibe
toda opresión de parte de los padres y toda desobediencia de parte
de los hijos. El Señor abunda en bondad, misericordia y verdad. Su
ley es santa, justa y buena, y debe ser acatada por padres e hijos. Los
preceptos que han de regir la vida de padres e hijos proceden de un
corazón rebosante de amor, y la rica bendición de Dios descansará
sobre los padres que apliquen su ley en sus hogares y sobre los hijos
que la acaten. Se ha de sentir la influencia combinada de la miseri-
cordia y la justicia. “La misericordia y la verdad se encontraron: la
justicia y la paz se besaron.” Las familias así disciplinadas andarán
en el camino del Señor, para obrar justicia y juicio
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Manuscrito 4, 1893
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Fundamentals of Christian Education, 67
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Carta 74, 1896
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Manuscrito 80, 1898
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The Review and Herald, 13 de marzo de 1894
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The Signs of the Times, 24 de noviembre de 1881
.
Carta 47a, 1902
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Fundamentals of Christian Education, 67
.
Carta 52, 1886
.
The Review and Herald, 29 de enero de 1901
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Manuscrito 24, 1887
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The Signs of the Times, 11 de marzo de 1886
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