El gobierno del hogar
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convertidos y saber lo que es mantenerse sumisos a la voluntad
de Dios como niñitos, manteniendo sus pensamientos sujetos a la
voluntad de Jesucristo
Dios mismo estableció las relaciones familiares. Su Palabra es
la única guía segura en el gobierno de los hijos. La filosofía humana
no ha descubierto más de lo que Dios sabe ni ha ideado, en lo que
respecta a actuar con los niños, un plan más sabio que el dado por
nuestro Señor. ¿Quién puede comprender todas las necesidades de
los niños mejor que su Creador? ¿Quién puede interesarse más
hondamente en su bienestar que Aquel que los compró con su propia
sangre? Si la Palabra de Dios fuese estudiada cuidadosamente y
obedecida con fidelidad, habría menos angustia en el alma de los
padres por la conducta perversa de hijos malvados
El respeto por los derechos de los niños
—Recordad que los
hijos tienen derechos que deben ser respetados
Los niños tienen derechos que sus padres deben reconocer y
respetar. Tienen derecho a recibir una educación y preparación que
los hará miembros útiles de la sociedad, respetados y amados aquí,
y les dará idoneidad moral para la sociedad de los santos y puros
en la vida venidera. Debe enseñarse a los jóvenes que su bienestar
presente y futuro depende en gran medida de los hábitos que adquie-
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ran en la niñez y la juventud. Deben acostumbrarse temprano a la
sumisión, la abnegación y la consideración por la felicidad ajena.
Debe enseñárseles a subyugar el genio vivo, a retener las palabras
coléricas y a manifestar invariablemente bondad, cortesía y dominio
propio
A un padre cegado por el afecto
—El afecto ciego, manifesta-
ción de amor de poco valor, le lleva muy lejos. Es fácil echar los
brazos alrededor del cuello; pero Vd. no debe alentar tales manifes-
taciones a menos que una obediencia perfecta compruebe que tiene
un valor real. Su indulgencia, su desprecio de lo requerido por Dios,
es una verdadera crueldad. Vd. fomenta y disculpa la desobedien-
cia diciendo: “Mi hijo me quiere.” Un amor tal es de poco valor y
engañoso. Ni siquiera es amor. Este, el amor verdadero que se ha
de cultivar en la familia, tiene valor porque es atestiguado por la
obediencia....
Si Vd. ama el alma de sus hijos, llámelos al orden; pero una
abundancia de besos y evidencias de cariño ciega sus ojos, y sus