Página 283 - El Hogar Cristiano (2007)

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El divorcio
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su propio criterio. Le hablo a Vd. tan francamente como le hablé a
él; sería peligroso para Vd. volver a colocarse bajo sus dictados. Yo
esperaba que cambiaría. ...
El Señor comprende todo lo que le sucede. ... Tenga buen ánimo
en el Señor; él no la dejará ni la abandonará. La más tierna simpatía
hacia Vd. conmueve mi corazón
A un esposo abandonado: “Lleve su cruz”
—No puedo ver
qué más se puede hacer en este caso, y pienso que lo único posible
para Vd. es renunciar a su esposa. Si ella está así resuelta a no vivir
con Vd., al intentarlo, ambos llevarían la existencia más miserable.
En vista de que ella decidió plena y resueltamente su suerte, lo
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único que Vd. puede hacer es cargar su cruz y demostrar que es un
hombre
A la vista de Dios siguen casados, aunque divorciados
—Una
mujer puede estar legalmente divorciada de su esposo por las leyes
del país y sin embargo no estar divorciada a la vista de Dios ni según
la ley superior. Sólo un pecado, que es el adulterio, puede colocar al
esposo o a la esposa en situación de verse libre del voto matrimonial
a la vista de Dios. Aunque las leyes del país concedan un divorcio,
los cónyuges siguen siendo marido y mujer de acuerdo con la Biblia
y las leyes de Dios.
Vi que la Hna.—no tiene todavía derecho a casarse con otro
hombre; pero si ella, o cualquier otra mujer, obtuviese legalmente el
divorcio porque su esposo se hizo culpable de adulterio, entonces
quedaría libre para casarse con quien quisiera
Separación de un cónyuge incrédulo
—Si la esposa es incré-
dula y opositora, el esposo no puede, según la ley de Dios, repudiarla
por esa sola causa. Para estar en armonía con la ley de Jehová, debe
permanecer con ella hasta que ella misma decida apartarse. Sufrirá
él tal vez oposición, opresión y molestias de muchas clases; hallará
consuelo, fortaleza y apoyo en Dios, quien puede dar gracia para
toda emergencia. Debe ser hombre de ánimo puro, de principios
firmes y decididos, y Dios le dará sabiduría acerca de la conducta
que deba seguir. Su razón no será dominada por los impulsos, sino
que sostendrá las riendas del control con mano firme, para mantener
sujeta la concupiscencia
Cambie de disposición antes que de estado
—He recibido una
carta de su esposo. Quiero decirle que hay un solo motivo por el cual