Capítulo 58—La familia del pastor
Su vida debe representar su mensaje
.—Dios quiere que en su
vida en el hogar el que enseña la Biblia ejemplifique las verdades
que presenta. La clase de hombre que sea tendrá mayor influencia
que lo que diga. La piedad en la vida diaria dará poder al testimonio
público. Su paciencia, su carácter consecuente y el amor que ejerza
impresionarán corazones que los sermones no alcanzarían
Si se la imparte debidamente, la educación de los hijos de un
ministro ilustrará las lecciones que él da desde el púlpito. Pero si, por
la mala educación que haya dado a sus hijos, un pastor demuestra
su incapacidad para gobernar y regir, necesita aprender que Dios
requiere de él que discipline debidamente a los hijos que le fueron
dados antes que pueda cumplir su deber como pastor de la grey de
Dios
Su primer deber es hacia sus hijos
.—Los deberes propios del
predicador le rodean, lejos y cerca; pero su primer deber es para con
sus hijos. No debe dejarse embargar por sus deberes exteriores hasta
el punto de descuidar la instrucción que sus hijos necesitan. Puede
atribuir poca importancia a sus deberes en el hogar; pero en realidad
sobre ellos descansa el bienestar de los individuos y de la sociedad.
En extenso grado, la felicidad de hombres y mujeres y el éxito de la
iglesia dependen de la influencia ejercida en el hogar. ...
Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo
interior en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su
familia está ante todo. En el día del ajuste final de cuentas, Dios le
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preguntará qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al
mundo se hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros
no puede cancelar la deuda que él tiene con Dios en cuanto a cuidar
de sus hijos
Magnitud de su influencia
.—En algunos casos, los hijos de los
predicadores son los niños a quienes más se descuida en el mundo,
por la razón de que el padre está poco con ellos, y se les deja elegir
sus ocupaciones y diversiones
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