Página 292 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
salvar a otros?” Vi que Dios no acepta una obra tibia al respecto.
Quiere todo el corazón e interés, o nada. Su influencia se ejerce
decidida e inequívocamente en favor de la verdad o contra ella.
Recogen con Jesús o dispersan. Una esposa no santificada es la
mayor maldición que pueda tener un ministro
Satanás está obrando siempre para desalentar y extraviar a los
ministros escogidos por Dios para predicar la verdad. La manera
más eficaz en que pueda actuar es mediante las influencias del hogar,
mediante compañeras que no están consagradas. Si logra regir sus
mentes, puede, por su intermedio y con facilidad tanto mayor, obtener
acceso al esposo que trabaja para salvar almas por la palabra y la
doctrina. ... Satanás ha tenido mucho que ver con el control de las
labores de los ministros mediante la influencia de sus compañeras
egoístas y amantes de la comodidad
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Acerca del gobierno de su familia
—Vd. tiene que cumplir en
casa un deber que no puede rehuir y quedar fiel a Dios y al cometido
que le ha confiado. ... El campo que debe ser evangelizado es el
mundo. Vd. desea sembrar en él la verdad del Evangelio y aguardar
que Dios riegue la semilla sembrada a fin de que dé fruto. A Vd. se
le ha confiado un terrenito; pero ha dejado que delante de su propia
puerta crezcan zarzas y espinas, mientras se dedicaba a quitar las
malas hierbas en los jardines ajenos. No se trata de una obra pequeña,
sino que es de gran importancia. Está predicando el Evangelio a
otros; practíquelo Vd. mismo en su casa
Mientras no puedan Vds. obrar unidos para disciplinar debida-
mente a su hijo, quédese la esposa con él, apartada del escenario de
acción de su esposo; pues no debe darse a la iglesia un ejemplo de
disciplina floja.
He conocido a muchos pastores bastante imprudentes para viajar
acompañados de un hijo indisciplinado. Las labores que realizaban
desde el púlpito eran contrarrestadas por el mal genio que revelaban
sus hijos
Interésese en los hijos ajenos
—No debe Vd. dedicar todo su
interés a su propia familia, con exclusión de otras personas. Si recibe
la hospitalidad de sus hermanos, es razonable que éstos esperen algo
en recompensa. Identifique sus intereses con los de padres e hijos,
y procure instruirlos y beneficiarlos. Santifíquese para la obra de
Dios, y sea una bendición para los que le agasajen, conversando con