Página 342 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
medida que la mente se pervierte, se vuelve más dispuesta a leer lo
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sentimental. Así queda abierta la puerta del alma para que Satanás
entre y pueda dominarla por completo
La lectura superficial debilita la atención
—Con la inmensa
corriente de material impreso que sale constantemente de la prensa,
tanto los adultos como los jóvenes adquieren el hábito de leer apre-
surada y superficialmente, y la mente pierde la facultad de elaborar
pensamientos vigorosos y coordinados. Además, gran parte de los
periódicos y libros que, como las ranas de Egipto, se esparcen por
la tierra, no son solamente bajos, inútiles y enervantes, sino impu-
ros y degradantes. No sólo intoxican y arruinan la mente, sino que
corrompen y destruyen el alma
“No puedo gastar en nuestros periódicos”
—Entre los que pro-
fesan ser hermanos hay quienes no reciben [nuestras revistas], ...
pero reciben uno o más periódicos seculares. Sus hijos se intere-
san intensamente por leer los cuentos ficticios y de amor que se
encuentran en esos periódicos, cuyo costo su padre puede pagar
aunque asevera que no puede hacer frente al de nuestras revistas y
publicaciones que contienen la verdad presente....
Los padres deben velar sobre sus hijos, enseñarles a cultivar
una imaginación pura y a rehuir como a un leproso las escenas
de amor enfermizo que se presentan en los periódicos. Haya en
vuestras mesas y bibliotecas publicaciones que traten temas morales
y religiosos, a fin de que vuestros hijos puedan cultivar el gusto por
la lectura de carácter elevado
Mensajes a los jóvenes acerca de sus objetivos al leer
Cuando me doy cuenta de los peligros que hacen correr a la juventud
las malas lecturas, no puedo menos que insistir en las advertencias
que me han sido dadas acerca de este gran azote.
Los males que amenazan a los obreros cuando tienen que mane-
jar impresos de carácter dudoso no son comprendidos suficientemen-
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te. La atención de los empleados es atraída y su interés despertado
por los temas que pasan bajo sus ojos; hay frases que se imprimen
en la memoria; les son sugeridos pensamientos. Casi inconsciente-
mente, el lector siente la influencia del escritor; su espíritu y carácter
reciben de ella una impresión maléfica. Hay quienes tienen poca fe
y poco dominio propio, y les es difícil desterrar los pensamientos
que les sugieren tales escritos