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El Hogar Cristiano
precioso trozo de calumnia, para que lo comenten, no solamente los
adultos, sino también los niños. Esto deshonra a Dios
El espíritu de crítica y censura no debiera hallar cabida en el
hogar. La paz de éste es demasiado sagrada para ser mancillada
por ese espíritu. Pero ¡cuán a menudo, cuando están sentados para
comer, los miembros de la familia hacen circular un plato de crítica,
censura y escándalo! Si Cristo viniese hoy, ¿no hallaría a muchas
de las familias que profesan ser cristianas cultivando el espíritu de
crítica y crueldad? Los miembros de tales familias no están listos
para unirse con la familia celestial
Sea la conversación de la familia en derredor de la mesa de
un carácter tal que deje una influencia fragante en la mente de los
niños
Chismes y cuentos
—Nos horrorizamos al pensar en el caníbal
que come con deleite la carne aún caliente y temblorosa de su
víctima, pero, ¿son los resultados de esta práctica más terribles que
la agonía y la ruina causadas por el hábito de falsear los motivos,
manchar la reputación, y disecar el carácter? Aprendan los niños
y también los jóvenes lo que Dios dice acerca de estas cosas: “La
muerte y la vida están en el poder de la lengua.
El espíritu de la chismografía es uno de los agentes esenciales
que tiene Satanás para sembrar discordia y disensión, para separar
amigos y minar la fe de muchos en la veracidad de nuestra posi-
ción
Crear desconfianza es ayudar al enemigo
—Para los seres hu-
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manos es natural pronunciar palabras cortantes. Los que ceden a
esta inclinación abren la puerta para que Satanás entre en su corazón
y los haga prestos para recordar los errores de otros. Se espacian en
sus faltas, notan sus deficiencias y dicen palabras que hacen perder
la confianza en quien está haciendo lo mejor que puede para cumplir
su deber como colaborador de Dios. Con frecuencia se siembran las
semillas de desconfianza porque alguno piensa que debiera haber
sido favorecido, mas no lo fué
Dios invita a los creyentes a que dejen de censurar y de expresar
juicios apresurados y carentes de bondad. Padres, sean bondadosas
y placenteras las palabras que dirigís a vuestros hijos, a fin de que
los ángeles tengan vuestra ayuda para atraerlos a Cristo. Se necesita
una reforma cabal en la iglesia del hogar. Comiéncesela en seguida.