Página 408 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
su asidero de la vida. Estos hermanos están en peligro de sufrir un
quebranto repentino. No son inmortales y si no realizan un cambio
se agotarán y la obra perderá sus servicios.
Tenemos dones preciosos en los Hnos. A, B y C. No podemos
permitirles que se arruinen la salud por estar siempre encerrados y
trabajando incesantemente entre cuatro paredes. ... No han tenido
casi variación, con excepción de la que les han dado las fiebres y
otras enfermedades. Debieran tener un cambio a menudo, dedicar
con frecuencia un día completo a recrearse con sus familias, que
se ven casi totalmente privadas de su compañía. Tal vez no puedan
todos dejar el trabajo al mismo tiempo; pero debieran arreglarlo de
tal manera que uno o dos puedan ausentarse, quedando los otros para
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reemplazarlos, y luego dar la misma oportunidad a estos últimos.
Vi que esos hermanos, A, B y C debieran considerar como deber
religioso el cuidar la salud y la fuerza que Dios les ha dado. El Señor
no requiere de ellos por el momento que sean mártires para su causa.
No obtendrán recompensa alguna por hacer este sacrificio, pues Dios
quiere que vivan
Recreos inocentes e instructivos
—Existen modos de recrearse
que son muy benéficos para la mente y el cuerpo. Un intelecto
ilustrado y discernidor hallará abundantes medios de entretenimiento
y diversión, en fuentes que no sólo sean inocentes, sino también
instructivas. La recreación al aire libre, la contemplación de las
obras de Dios en la naturaleza, serán del más alto beneficio
Creo que aun mientras estamos procurando refrigerar nuestros
espíritus y vigorizar nuestros cuerpos,
Dios requiere de nosotros
que
empleemos todas nuestras facultades en todos los momentos con el
mejor propósito. Podemos asociarnos juntos como lo hacemos hoy
y hacerlo todo para gloria de Dios. Podemos y debemos dirigir
nuestras recreaciones de tal manera que nos dejen más idóneos
para desempeñar con éxito los deberes que nos incumben, y para
que nuestra influencia sea más benéfica sobre aquellos con quienes
tratamos. Tal debiera ser especialmente el caso en una ocasión como
ésta, que debiera alegrarnos a todos. Podemos volver a nuestras
Nota: Extracto de una alocución dirigida a unas doscientas personas que se estaban
recreando a orillas del lago Goguac, cerca de Battle Creek, Míchigan, en mayo de 1870.