El señuelo del placer
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una palabra, todo lo que liga al hombre con el mundo espiritual, es
envilecido
Amadores de los placeres en la iglesia
—Muchos están parti-
cipando ávidamente en diversiones mundanales desmoralizadoras
que la Palabra de Dios prohibe. Cortan así su relación con Dios y
se colocan en las filas de quienes aman los placeres del mundo. Los
pecados que destruyeron a los antediluvianos y las ciudades de la
llanura existen hoy, no sólo en tierras paganas ni únicamente entre
los que profesan un cristianismo popular, sino también entre algunos
de los que profesan esperar la venida del Hijo del hombre. Si Dios
os presentase estos pecados como los ve, os llenaríais de vergüenza
y terror
El deseo de excitación y agradable entretenimiento es una ten-
tación y una trampa para el pueblo de Dios y especialmente para
los jóvenes. Satanás está preparando constantemente seducciones
que distraigan las mentes de la obra solemne de preparación para las
escenas que están a punto de sobrevenir. Por medio de los agentes
humanos, mantiene una excitación continua para inducir a los in-
cautos a participar en los placeres mundanales. Hay espectáculos,
conferencias y una variedad infinita de entretenimientos calculados
para inducirlos a amar al mundo; y esta unión con el mundo debilita
la fe
Satanás es un hábil encantador
—Los jóvenes se conducen
generalmente como si las preciosas horas del tiempo de gracia,
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mientras perdura aun la misericordia, fuesen una gran fiesta y como
si ellos estuviesen en este mundo simplemente para divertirse y ser
halagados con un ciclo continuo de excitaciones. Satanás ha estado
haciendo esfuerzos especiales para inducirlos a encontrar felicidad
en las diversiones mundanales y a justificarse mediante esfuerzos
por demostrar que esas diversiones son inofensivas, inocentes y hasta
importantes para la salud
El [Satanás] presenta la senda de la santidad como difícil mien-
tras que los caminos del placer mundanal están cubiertos de flores.
Ante los ojos de los jóvenes, despliega el mundo y sus placeres
con colores halagüeños pero falsos. Mas los placeres de la tierra
terminarán pronto, y se habrá de segar lo que se sembró
El es, en todo sentido de la palabra, un engañador, un hábil en-
cantador. Tiene muchas redes de mallas finas, que parecen inocentes,