Página 440 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
en caridad, cortesía y refinamiento cristianos hacia los que fueron
comprados por la sangre de Cristo. En todas nuestras familias, insti-
tuciones e iglesias se vería una transformación espiritual. Cuando
ésta se produzca aquellas agrupaciones llegarán a ser instrumen-
tos por los cuales Dios comunicará la luz del cielo al mundo y así,
mediante la disciplina y preparación divinas, alistará a hombres y
mujeres para la sociedad del cielo
Galardón del postrer gran día
—Al trabajar por vuestros hijos,
valeos del gran poder de Dios. Confiad vuestros hijos al Señor en
oración. Obrad por ellos fervorosa e incansablemente. Dios oirá
vuestras oraciones y los atraerá a sí mismo. Luego, en el último gran
día, podréis presentarlos a Dios diciendo: “He aquí, yo y los hijos
que me dió Jehová.
Cuando Samuel reciba la corona de gloria, la mecerá delante del
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trono para rendir honor, y reconocerá con gozo que las lecciones
que su madre le dió fielmente por los méritos de Cristo le coronaron
de gloria inmortal
Nunca apreciará el mundo la obra de los padres prudentes, pero
cuando sesione el juicio y se abran los libros, esa obra se verá como
Dios la ve y será recompensada delante de hombres y ángeles. Se
verá que un hijo criado fielmente fué una luz en el mundo. Velar
sobre la formación del carácter de ese hijo costó lágrimas, ansiedad
y noches de insomnio, pero la obra se hizo sabiamente, y los padres
oyen al Maestro decir: “Bien, buen siervo y fiel.
La admisión en el palacio real
—Enséñese a los jóvenes y niños
a escoger para sí la vestidura real tejida en el telar del cielo, el “lino
fino blanco, ... y puro” que usarán todos los santos de la tierra. Se
ofrece gratuitamente a todo ser humano esta vestidura, el carácter
inmaculado de Cristo. Pero todos los que la reciban la han de recibir
y usar aquí.
Enséñese a los niños que, al abrir su mente a los pensamientos
de pureza y amor, y ejecutar acciones útiles y amables, se visten
con la hermosa vestidura del carácter de Cristo. Este traje los hará
hermosos y amados aquí, y más adelante será su título de admisión
al palacio del Rey. Su promesa es: “Andarán conmigo en vestiduras
blancas; porque son dignos.
La bienvenida divina
—Vi gran número de ángeles que de la
ciudad traían brillantes coronas, una para cada santo, y cuyo nombre