Página 46 - El Hogar Cristiano (2007)

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Capítulo 8—Costumbres comunes en los noviazgos
Ideas erróneas al respecto
—Las ideas relativas al noviazgo se
fundan en ideas erróneas acerca del casamiento. Obedecen a los
impulsos y a la pasión ciega. El noviazgo se rige por un espíritu de
flirteo. Con frecuencia los que participan en él violan las reglas de la
modestia y de la reserva, haciéndose culpables de indiscreciones, si
no transgreden la ley de Dios. No disciernen el alto, noble y sublime
designio de Dios en la institución del matrimonio. Por lo tanto, no
desarrollan los afectos más puros del corazón ni los rasgos más
nobles del carácter.
No debierais decir una palabra ni realizar acción alguna acerca de
las cuales no quisierais que los ángeles las viesen y las anotasen en
los libros del cielo. Debéis procurar sinceramente glorificar a Dios.
Vuestro corazón debe tener únicamente afectos puros, santificados,
dignos de quienes siguen a Cristo, que sean de índole elevada y más
celestial que terrenal. Cuanto difiere de esto degrada el noviazgo;
y el matrimonio no puede ser santo y honroso a la vista de un Dios
puro y santo, a menos que concuerde con los elevados principios de
la Escritura
Los jóvenes confían demasiado en los impulsos. No deben ceder
con demasiada facilidad, ni dejarse cautivar con prontitud excesiva
por el exterior atractivo de quien dice amarlos. Tal como se lo prác-
tica en esta época, el galanteo es un plan engañador e hipócrita, que
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tiene mucho más que ver con el enemigo de las almas que con el
Señor. Si en algo hay necesidad de buen sentido común es en esto;
pero el hecho es que interviene muy poco en tal asunto
Las largas veladas
—Se ha hecho costumbre el que [los corte-
jantes] estén sentados hasta tarde por la noche; pero esto no agrada
a Dios, aun cuando ambos seáis cristianos. El acostarse tan tarde
perjudica a la salud, incapacita la mente para los deberes del día
siguiente, y tiene apariencia de mal. Hermano mío, espero que tendrá
bastante respeto propio para rehuir esta forma de galanteo. Si desea
sinceramente glorificar a Dios, obrará con cautela deliberada. No
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