Página 88 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
los numerosos incidentes cotidianos y las sencillas cortesías, las
que constituyen la suma de la felicidad en la vida; y el descuido
manifestado al no pronunciar palabras bondadosas, afectuosas y
alentadoras ni poner en práctica las pequeñas cortesías, es lo que
contribuye a formar la suma de la miseria de la vida. Se encontrará
al fin que el haberse negado a sí mismo para bien y felicidad de los
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que nos rodean, constituye una gran parte de lo que se registra en
el cielo acerca de la vida. Se revelará también el hecho de que el
preocuparse de sí mismo, sin tener en cuenta el bien o la felicidad
de los demás, no deja de ser notado por nuestro Padre celestial
Un esposo que callaba sus afectos
—Una casa donde reina el
amor y se expresa en palabras, miradas y actos es un lugar donde
los ángeles se deleitan en manifestar su presencia y en santificar el
escenario con rayos luminosos de gloria. Allí los humildes deberes
domésticos tienen un encanto propio. En tales circunstancias nin-
guno de los deberes de la vida resultará desagradable para su esposa.
Los cumplirá con espíritu alegre y será ella como un rayo de sol
para cuantos la rodeen, y en su corazón cantará melodías al Señor.
Actualmente considera que no posee los afectos de su corazón. Vd.
le ha dado ocasión de pensar así. Cumple los deberes necesarios que
le incumben como cabeza de la familia, pero le falta algo. Carece
seriamente de la preciosa influencia del amor que induce a prestar
atenciones bondadosas. El amor debe verse en las miradas y los
modales, y debe oírse en los tonos de la voz
Una esposa reconcentrada en sí misma
—El carácter moral de
los que están unidos en matrimonio queda elevado o degradado
por la relación que sostienen uno con el otro; y la degradación
efectuada por una naturaleza ingobernable, baja, engañosa y egoísta
comienza poco después de la ceremonia matrimonial. Si el joven
hace una elección sabia, tendrá a su lado a alguien que llevará lo
mejor que pueda su parte de las cargas de la vida, una persona que le
ennoblecerá y refinará, y le hará feliz en su amor. Pero si la esposa es
caprichosa, admiradora de sí misma, exigente, acusadora, y atribuye
a su esposo motivos y sentimientos que parten tan sólo de su propio
temperamento pervertido; si en vez de manifestar discernimiento
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y delicadeza para reconocer y apreciar el amor que él le tiene, ella
habla de negligencia y falta de amor porque él no satisface cada uno