Página 95 - El Hogar Cristiano (2007)

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Obligaciones mutuas
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en la cruz a fin de poder limpiarnos y guardarnos de todo pecado y
contaminación por la influencia del Espíritu Santo
La tolerancia mutua es necesaria
—Debemos tener el Espíritu
de Dios, o no podremos tener armonía en el hogar. Si la esposa tiene
el espíritu de Cristo, será cuidadosa en lo que respecta a sus palabras;
dominará su genio, será sumisa y sin embargo no se considerará
esclava, sino compañera de su esposo. Si éste es siervo de Dios, no
se enseñoreará de ella; no será arbitrario ni exigente. No podemos
estimar en demasía los afectos del hogar; porque si el Espíritu del
Señor mora allí, el hogar es un símbolo del cielo. ... Si uno yerra, el
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otro ejercerá tolerancia cristiana y no se retraerá con frialdad
Ni el marido ni la mujer deben pensar en ejercer gobierno ar-
bitrario uno sobre otro. No intentéis imponer vuestros deseos uno
a otro. No podéis hacer esto y conservar el amor mutuo. Sed bon-
dadosos, pacientes, indulgentes, considerados y corteses. Mediante
la gracia de Dios podéis haceros felices el uno al otro, tal como lo
prometisteis al casaros
Cada uno ceda de buen grado
—A veces en la vida matrimo-
nial hombres y mujeres obran como niños indisciplinados y perver-
sos. El marido quiere salir con la suya y ella quiere que se haga su
voluntad, y ni uno ni otro quiere ceder. Una situación tal no puede
sino producir la mayor desdicha. Ambos debieran estar dispuestos a
renunciar a su voluntad u opinión. No pueden ser felices mientras
ambos persisten en obrar como les agrade
A menos que hombres y mujeres hayan aprendido de Cristo a
ser mansos y humildes, revelarán el espíritu impulsivo e irracional
que tan a menudo se ve en los niños. Los fuertes e indisciplinados
procurarán gobernar. Los tales necesitan estudiar las palabras de
Pablo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,
juzgaba como niño; mas cuando fuí hombre hecho, dejé lo que era
de niño.
Arreglo de dificultades en la familia
—Si ambos esposos no
sometieron su corazón a Dios es asunto difícil arreglar las dificul-
tades familiares, aun cuando ellos procuren hacerlo con justicia en
lo que respecta a sus diversos deberes. ¿Cómo pueden los esposos
dividir los intereses de su vida hogareña y seguir manifestándose
amante confianza? Debieran tener un interés unido en todo lo que
concierne al hogar y si la esposa es cristiana aunará su interés con el