Página 96 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
de su esposo como compañero suyo; porque el marido debe ocupar
el lugar de jefe de la familia
Consejos a familias en discordia
—Su espíritu no es correcto.
[104]
Cuando Vd. decide algo, no pesa bien el asunto ni considera lo que
será el efecto si se aferra a sus opiniones y en forma independiente
las entreteje con sus oraciones y su conversación, cuando sabe que
su esposa no opina como Vd. En vez de respetar los sentimientos de
su esposa y evitar cuidadosamente, como caballero, los temas acerca
de los cuales Vds. difieren, ha insistido en espaciarse en los puntos
dudosos y en expresar sus opiniones sin consideración para quienes
le rodeaban. Le ha parecido que los demás no tenían derecho a no
ver las cosas como Vd. El árbol cristiano no produce tales frutos
Hermano mío, hermana mía, abrid la puerta del corazón para
recibir a Jesús. Invitadle a entrar en el templo del alma. Ayudaos
mutuamente a vencer los obstáculos que se encuentran en la vida
matrimonial de todos. Arrostraréis un fiero combate para vencer a
vuestro adversario el diablo, y si queréis que Dios os ayude en la
batalla, debéis estar unidos en la decisión de vencer y de mantener
los labios sellados para no decir mal alguno, aun cuando hayáis
de caer de rodillas y clamar: “Señor, reprime al adversario de mi
alma.
Cristo en el corazón dará unidad
—Si se cumple la voluntad
de Dios, ambos esposos se respetarán mutuamente y cultivarán el
amor y la confianza. Cualquier cosa que habría de destruir la paz y
la unidad de la familia debe reprimirse con firmeza, y debe fomen-
tarse la bondad y el amor. El que manifieste un espíritu de ternura,
tolerancia y cariño notará que se le reciproca con el mismo espíritu.
Donde reina el Espíritu de Dios, no se hablará de incompatibilidad
en la relación matrimonial. Si de veras se forma en nosotros Cristo,
esperanza de gloria, habrá unión y amor en el hogar. El Cristo que
more en el corazón de la esposa concordará con el Cristo que habite
en el del marido. Se esforzarán juntos por llegar a las mansiones que
Cristo fué a preparar para los que le aman
[105]
[106]
Manuscrito 17, 1891
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Manuscrito 36, 1899
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Joyas de los Testimonios 3:96
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Historia de los Patriarcas y Profetas, 42, 43
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Carta 18, 1891
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