Página 134 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
Enseñe a nuestras hermanas que la pregunta que deben hacer
cada día es: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Cada vaso consagrado
a Dios recibirá diariamente una medida del santo aceite para que a
su vez lo vacíe en otros vasos. Cada día debemos avanzar en nuestro
carácter cristiano, y buscar las oportunidades de hacer la obra y
la voluntad de Dios. Cada palabra hablada; cada trabajo realizado
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para Cristo, tendrá una influencia permanente. Hable las palabras
que Dios ponga en sus labios y el Señor obrará con usted. No se
desanime ni se frustre, aunque vea cosas que no puede aprobar. Oro y
ruego que cada día pueda ser revestida de la justicia de Cristo.—
The
Review and Herald, 9 de mayo de 1899
.
Las semillas de la verdad pueden sembrarse en la unión de
mujeres
Solo la eternidad revelará lo que se ha logrado
—No creo que
haya alguien en nuestro pueblo con un entendimiento tan limitado
que fuera a decirle a la Hna. Henry que corte sus lazos con la
Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. La hermana Henry
puede sembrar las semillas de la verdad en esa sociedad. No es
necesario que comparta todo el conocimiento que ha obtenido acerca
de temas controversiales, pero puede compartir las buenas nuevas de
la salvación. Entonces, cuando los corazones hayan sido suavizados
por la obra del Espíritu Santo, y las murallas del prejuicio comiencen
a caer, ella podrá presentar la verdad punto por punto. Este trabajo
por la Unión de Mujeres tiene un lado desalentador y agotador, y
debiéramos unirnos en apoyar a nuestra hermana. Solo la eternidad
revelará lo que se ha logrado por esta clase de ministerio. Solo
entonces sabremos cuántas almas enfermas de duda y cansadas de la
mundanalidad, fueron traídas al gran Médico que quiere salvar hasta
lo sumo a los que se allegan a él. Cristo es un Salvador resucitado, y
en sus alas hay salud.—
Manuscript Releases 7:165 (1899)
.