Página 147 - Hijas de Dios (2008)

Basic HTML Version

El respeto propio
143
y peculiaridades de la situación. Entonces puede actuar sin sentirse
avergonzado. Usted no debiera subestimarse en cuanto a su capaci-
dad para hacer su parte en las diversas demandas de la vida práctica.
Cuando sea consciente de deficiencias, póngase a trabajar de in-
mediato para remediar esos defectos. No confíe en otros para que
suplan sus deficiencias, mientras usted sigue indiferente, como si
fuera natural que su manera peculiar de ser deba siempre permanecer
así. Aplíquese seriamente a remediar estos defectos, para que pueda
ser perfecto en Cristo Jesús, sin faltar nada.—
Testimonies for the
Church 3:554 (1885)
.
Amarnos y respetarnos mutuamente
—Si recordamos siem-
pre las acciones egoístas e injustas de otros, encontraremos que es
imposible amarlos como Cristo nos amó; pero si nuestros pensa-
mientos se espacian de continuo en el maravilloso amor y compasión
de Cristo hacia nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con
los demás. Debemos amarnos y respetarnos mutuamente, no obstan-
te las faltas e imperfecciones que no podemos menos de observar.
Debemos cultivar la humildad y la desconfianza para con nosotros
mismos, y una paciencia llena de ternura hacia las faltas ajenas. Esto
destruirá todo estrecho egoísmo y nos dará un corazón grande y
generoso.—
El Camino a Cristo, 121 (1892)
.
Cultivar el respeto propio es deber de todo cristiano
—El pro-
pósito de todo joven debiera ser fijarse blancos elevados para la vida,
y adoptar los principios que la Palabra de Dios presenta para di-
rigirse en todas las cosas. Es el deber de todo cristiano y también
debiera ser su placer. Cultive el respeto propio; porque somos la
posesión adquirida por Cristo. El éxito en la formación de los hábitos
correctos, y el avance en aquello que es noble y justo, tendrá una
influencia que todos apreciarán y valorizarán. Viva por algo ajeno a
su yo. Al vivir por un propósito no egoísta; al tener motivos puros
y generosos; al buscar algo que hacer, y al estar alerta para hacer
[142]
atenciones y cortesías, se estará inconscientemente construyendo el
monumento de la vida. Ese es el propósito de Dios para todo niño y
todo joven. Si desea ser recordado con cariño por los demás, haga
el bien. Viva para ser una bendición para aquellos con quienes se
relaciona, donde sea que le toque estar. Que cada niño y joven use
toda oportunidad de hacer el bien. Al ser bondadosos, amantes y
activos en actos de sacrificio, su nombre quedará en el corazón y en