Página 174 - Hijas de Dios (2008)

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Capítulo 16—Salud, ejercicio y vida saludable
El conocimiento de que el hombre ha de ser templo de Dios, una
habitación para revelar su gloria, debe ser el mayor incentivo para
el cuidado y desarrollo de nuestras facultades físicas. Asombrosa y
maravillosamente formó Dios el cuerpo humano, y nos manda que
lo estudiemos, que nos demos cuenta de sus necesidades, que
hagamos cuanto esté de nuestra parte para preservarlo de daño y
contaminación.—
El Ministerio de Curación, 206
.
El ejercicio aumenta la energía vital y favorece un sueño
más dulce
—Las damas descuidan el ejercicio de sus piernas al no
caminar. El transporte nunca puede tomar el lugar de una caminata.
Muchas que se sienten débiles podrían caminar si quisieran, pero no
tienen la disposición para hacerlo. Las escucharéis diciendo: “¡Oh,
no puedo caminar; me fatigo enseguida; me duele el costado; me
duele la espalda!” Queridas hermanas, me gustaría que no tuvierais
esas enfermedades, pero el abandonar una vida activa no os librará
de ellas. Intentad comenzar con un ejercicio moderado y poned las
normas que lo controlen; pero, ¡caminad! sí, ¡caminad! Si os es
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posible, ¡caminad! Aquellas que piensen que no pueden hacerlo,
comiencen con una corta distancia. Se cansarán; sentirán dolores
en la espalda y el costado, pero no se asusten. Las extremidades
parecerán débiles, y no es de extrañarse, puesto que casi nunca se
han usado [...].
Si podéis caminar y perseverar en hacerlo, estaréis en camino
a vuestra recuperación. Vuestro sueño será más dulce. Cada suce-
siva caminata tratad de hacerla un poco más larga que la anterior.
Y no caminéis como si se le hubiera agregado un peso a vuestras
piernas [...]. Que el movimiento de los brazos os asista al caminar.
Caminad con un espíritu alegre, admirando las bellezas de la natura-
leza, escuchando el trino de los dulces cantores en sus alabanzas al
Creador. Inspiraos con una buena actitud, mirando todo lo hermoso,
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