Matrimonio, hogar y familia
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puesto del deber, confiando plenamente en él, que nos ha amado y
muerto por nosotros.
Siendo que su esposo le ha dado la espalda a Jesús, ahora usted
tiene una doble responsabilidad. Su obra como madre es traer sus
hijos al Maestro. Cuando él estuvo sobre la tierra, las madres le
traían a sus hijos; y cuando los discípulos quisieron retirarlos, él
los reprendió, diciéndoles: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”.
Mateo 19:14
.
Sé que será una gran tristeza quedarse sola, por lo menos en lo
que se refiere a enseñarles la Palabra. Pero, ¿qué sabes tú, oh esposa,
si tu vida de fe y obediencia no traerá de regreso a tu esposo a la
verdad? Deje que sus hijos sean traídos a Jesús. Con un lenguaje
simple, hábleles palabras de verdad; cánteles canciones atractivas y
placenteras que revelen el amor de Cristo. Traiga sus hijos a Jesús,
porque él ama a los niños.
Manténgase alegre; no se olvide que tiene el Consolador, el
Espíritu Santo que Cristo ha prometido. Nunca está sola; y si escucha
la voz que le habla, y responde a Aquel que está llamando a la puerta
de su corazón, y le dice: “Entra Jesús, ven a cenar conmigo y yo
contigo”, el huésped celestial entrará. Cuando esta influencia divina
mora en usted, tiene paz y descanso, porque el reino de los cielos se
ha acercado.
Que cada hora sea una hora de confianza, oración y fe. Van
a venir pruebas; todos tenemos que pasarlas para ser purificados
de la escoria y ser emblanquecidos. En el tiempo de prueba, lleve
cautivo todo pensamiento en obediencia a Cristo. Y aunque las
tentaciones del enemigo vengan una tras otra en forma no esperada,
descúbralas y descártelas. De esta manera podrá avanzar de gracia
en gracia, de fuerza en fuerza, obteniendo una victoria espiritual tras
otra. Aférrese a Cristo, y él le dará su poderoso brazo sobre el cual
sostenerse. Y recuerde que al que venza le espera la corona de la
vida.
La unión con Cristo significa cumplir las palabras de Cristo.
Y esta unión es una extensión de su amor. Entonces el corazón
estará en armonía con Dios. Atesore las promesas y haga cada
pequeño deber fielmente, como para el Señor. “Si guardáis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor”.
Juan 15:10
. Aquí se
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habla de cumplimiento y dependencia.