Página 210 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
Usted gobierna, pero no con amor. ¡Qué educación tan objetable
están recibiendo sus hijos! No sería correcto que usted enseñara a
los miembros más jóvenes de la familia de Dios, si lo va a hacer de
la forma en que enseña a sus hijos.
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Debiera enseñarles a sus hijos a formar buenos hábitos. ¿Acaso
echaría a perder su futura utilidad por no enseñarles hábitos de orden
y limpieza? ¿No les enseñará con paciencia a limpiar su cuarto y
mantener la ropa en orden?
El regañarlos e irritarlos no les ayudará a reformarse. Al diri-
girlos debe mostrar firmeza, pero mezclada con bondad. Enséñeles
con diligencia cómo ser cristianos. Nunca levante su voz con pasión;
nunca explote con ira, porque al hacerlo, en lugar de corregir sus
errores, se mantendrán más tercos en su posición. Recuerde que
ellos han heredado la disposición de sus padres, por lo tanto se va
a encontrar nuevamente con sus propios defectos de carácter en
la vida de sus hijos. Recuerde que si les habla rudamente estarán
recibiendo un ejemplo que aprenderán a imitar. Tarde o temprano le
responderán de la misma manera, puesto que usted ha mostrado el
ejemplo equivocado en el hogar.
¿No cree que es el momento de cumplir sus deberes descuidados,
y tratar de complacer a su esposo y educar correctamente a sus hijos?
Mi hermana, lo mejor que usted puede hacer es confesar sus errores
a su esposo y a sus hijos. Dígale a sus hijos que ese espíritu duro e
irritable que usted ha cultivado no se parece al carácter de Cristo. Y
entonces dígales: “Hijos, por la gracia y la fuerza que Cristo nos da,
vamos a hacer un cambio decidido”. Pídales que la ayuden y dígales
que usted los ayudará a ellos.
Cristo está listo para ayudar a todo padre y toda madre a ser
verdaderos educadores. Aquellos que aprenden en su escuela nunca
castigarán a un hijo con ira; nunca hablarán una palabra dura con un
tono desagradable; porque tales palabras lastiman el oído, agotan los
nervios, causan sufrimiento mental y crean un estado de mente que
hace imposible modificar el temperamento del niño a quien fueron
dirigidas. A menudo, esta es la razón por la que los hijos hablan
irrespetuosamente a sus padres.
Recuerde que los niños tienen derechos que deben ser respetados.
Su temperamento es muy fuerte, y les ha dado esos mismos rasgos
de carácter a sus hijos. Usted necesita hacer la tarea de una madre