De mujer a mujer
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Lucinda se aferre a sus promesas por sí misma con una fe firme y
no fluctuante.—
Carta 69, 1874
.
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Una oración por el servicio
No necesitáis ir hasta los confines de la tierra para buscar sabi-
duría, pues Dios está cerca. No son las capacidades que poseéis hoy,
o las que tendréis en el futuro, las que os darán éxito. Es lo que el
Señor puede hacer por vosotros. Necesitamos tener una confianza
mucho menor en lo que el hombre puede hacer, y una confianza
mucho mayor en lo que Dios puede hacer por cada alma que cree.
Él anhela que extendáis hacia él la mano de la fe. Anhela que espe-
réis grandes cosas de él. Anhela daros inteligencia así en las cosas
materiales como en las espirituales. Él puede aguzar el intelecto.
Puede impartir tacto y habilidad. Emplead vuestros talentos en el
trabajo; pedid a Dios sabiduría, y os dará.—
Palabras de Vida del
Gran Maestro, 147
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