Página 258 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
hizo un esfuerzo en Chicago por legalizarlas, pero fracasó. Se están
legalizando casas de mala fama; y las mujeres que andan solas en
esas ciudades, si se sospecha que pueden ser mujeres de la vida,
las autoridades estudian su caso. Si están enfermas, son puestas al
cuidado de médicos hasta que estén curadas, y entonces son llevadas
a las casas de mala fama para que los hombres satisfagan su lujuria
con ellas. No se les hace exámenes a los hombres. Donde estas
leyes son puestas en efecto, el crimen y la inmoralidad recuerdan las
condiciones del mundo antediluviano.
a Sra. Graves considera el asunto del aumento de la criminalidad
y la desmoralización de la sociedad de la misma manera en que yo
lo veo, y dice que las mujeres deberían votar para detener este tipo
de leyes. Tuvimos una larga charla con relación a la temperancia.
Ella ha estado pensando y meditando estas cosas, y su mente está
madura para una decisión. Sin embargo, le dije que mi mente no está
preparada para estas cosas. Mi obra es de otro carácter. Sin embargo,
estamos haciendo más que cualquier otro pueblo en el mundo por la
obra de temperancia, y estamos en favor de leyes contra el tabaco y
el licor”.—
Manuscript Releases 10:69
.
8. Al parecer, Elena G. de White nunca sugirió que la Iglesia Ad-
ventista del Séptimo Día comenzara la práctica de ordenar mujeres
al ministerio evangélico. Su secretario, C. C. Crisler, dice que ella
había sido muy cauta en este asunto. La siguiente correspondencia
parece mostrarlo:
“Domingo 12 de marzo de 1916.
Sr. Clarence Crisler, Sanatorio, California.
Apreciado Hno. Crisler,
Quisiera que me enviase información acerca de un artículo es-
crito por Elena G. de White en la
The Review and Herald, en la
década de 1890
, probablemente en 1892 o 1893, en el que habla de
apartar, por la oración y la imposición de manos, a algunas mujeres
que pueden dedicar parte de su tiempo a la obra misionera.
La razón por la que le pido esta información es porque en una
reunión reciente, el pastor Andross apartó a algunas mujeres por la
imposición de manos, y cuando le pregunté con qué autoridad lo
hacía, me refirió a usted. Yo he sido instructora bíblica durante
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varios años, y recientemente he recibido una credencial ministerial;
por eso deseo tener esa información.