Página 27 - Hijas de Dios (2008)

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Mujeres notables del Antiguo Testamento
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que la entendiesen sus amigos. Las cosas espirituales se disciernen
espiritualmente, y sus motivos y acciones no eran comprendidos
por sus parientes idólatras. “Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y
salió sin saber a dónde iba”.
Hebreos 11:8
[...].
Además de Sara, la esposa de Abraham, solo Lot, cuyo padre
Harán había fallecido hacía mucho tiempo, escogió participar de la
vida de peregrinaje del patriarca [...].
Durante su estada en Egipto, Abraham dio evidencias de que no
estaba libre de la imperfección y la debilidad humanas. Al ocultar el
hecho de que Sara era su esposa, reveló desconfianza en el amparo
divino, una falta de esa fe y ese valor elevadísimos tan noble y fre-
cuentemente manifestados en su vida. Sara era una mujer “hermosa
en gran manera” (
Génesis 12:14
), y Abraham no dudó que los egip-
cios de piel oscura codiciarían a la hermosa extranjera, y que para
conseguirla, no tendrían escrúpulos en matar a su esposo. Razonó
que no mentía al presentar a Sara como su hermana; pues ella era
hija de su padre, aunque no de su madre. Pero este ocultamiento de
la verdadera relación que existía entre ellos era un engaño. Ningún
desvío de la estricta integridad puede merecer la aprobación de Dios.
A causa de la falta de fe de Abraham, Sara se vio en gran peligro.
El rey de Egipto, habiendo oído hablar de su belleza, la hizo llevar
a su palacio, pensando hacerla su esposa. Pero el Señor, en su gran
misericordia, protegió a Sara, enviando plagas sobre la familia real.
Por este medio supo el monarca la verdad del asunto, e indignado por
el engaño de que había sido objeto, devolvió su esposa a Abraham
reprendiéndole así: “¿Qué es esto que has hecho conmigo? [...]. ¿Por
qué dijiste: es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para
mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete”.
Vers.
18-19
[...].
Abraham volvió a Canaán “riquísimo en ganado, en plata y
en oro”.
Génesis 13:1
. Lot aún estaba con él, y de nuevo llegaron
a Betel, y establecieron su campamento junto al altar que habían
erigido anteriormente [...].
En una visión nocturna, Abraham oyó otra vez la voz divina:
“No temas Abram”, fueron las palabras del Príncipe de los príncipes,
“yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”.
Génesis
15:1
. Pero tenía el ánimo tan deprimido por los presentimientos que