Página 278 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
reunión en Kansas, pero no me sentía libre de iniciar el viaje. Está
bien; el Señor sabe qué es lo mejor para todos nosotros.
No estoy segura si era tu deber regresar al Este cuando lo hiciste;
creo que hubiéramos cumplido mucho más trabajo estando juntas.
Pero entiendo las circunstancias, y no quiero emitir una palabra de
censura sobre ti o sobre mi esposo, o sobre cualquier otra persona.
Frecuentemente escribo unas veinte páginas por día. He dejado
de lado
Notas biográficas
, para seguir preparando los
Testimonios
.
Mary Clough trabaja como siempre, con interés y alegría. Es una
preciosa ayuda. No sé qué haríamos en la casa sin la ayuda de
este empleado; hace el pan, los bollos y los pasteles, y cocina las
verduras. Se le ha pagado dos dólares por semana, y en las últimas
dos semanas, dos dólares y medio. En dos semanas más comenzará
a recibir tres dólares. Mary le está enseñando a cocinar; es buen
empleado y toma cuidado de toda la casa.
¿Donde está Frankie Patten? ¿Está planeando venir o no? Co-
méntame algo de todo esto. Cariños a todos.—
Carta 67, 17 de mayo
de 1876
.
Carta a su esposo
El 16 de mayo de 1876, el mismo día en que Elena G.
de White le escribió la tercera carta de esta serie a su
amiga Lucinda, también le escribió una carta a Jaime
White, que comenzaba así:
Mi querido esposo,
Me entristece haber dicho o escrito cosas que te afligieron. Per-
dóname, y en adelante seré mucho más cuidadosa para no abordar
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temas que puedan molestarte o irritarte. Vivimos en el tiempo más
solemne y no podemos permitirnos a esta edad avanzad
que nues-
tras diferencias nos separen en nuestros sentimientos. Puede ser que
yo no vea las cosas como tú las ves, pero no creo que sea mi deber
tratar de hacerte ver las cosas como yo las veo. Por todas las veces
que lo he hecho, te pido disculpas.
[
Elena G. de White tenía 48 años de edad y su esposo 54 cuando se escribió esta
carta.
]