Página 47 - Hijas de Dios (2008)

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Mujeres notables del Antiguo Testamento
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Ester
Este capítulo está basado en el libro de Ester.
Ester era una hermosa joven judía, prima de Mardoqueo, quien la
crió en su hogar después que sus padres murieran, considerándola
y amándola como a su propia hija. Dios usó a Ester para salvar al
pueblo judío en la tierra de los persas
.
En tiempos antiguos, el Señor realizó maravillas mediante muje-
res consagradas que unieron sus esfuerzos con aquellos hombres que
habían sido llamados a ser los representantes de Dios. Hubo mujeres
que ganaron grandes y decisivas victorias. Más de una vez en tiem-
pos de crisis, fueron colocadas en posiciones importantes que les
permitieron salvar muchas vidas. Mediante la reina Ester, el Señor
efectuó una poderosa liberación de su pueblo. Cuando parecía que
no había poder humano que pudiera salvarlos, Ester y las mujeres
relacionadas con ella oraron, ayunaron y actuaron oportunamente, y
lograron la salvación de su pueblo [...].
Un estudio de la obra de las mujeres con relación a la causa de
Dios en tiempos del Antiguo Testamento, nos enseñará lecciones
que nos capacitarán para enfrentar las emergencias en nuestros días.
Quizá no confrontemos una situación tan crítica ni seamos colocadas
en un lugar tan prominente como le ocurrió al pueblo de Dios en
los días de Ester. Sin embargo, muchas mujeres convertidas pueden
realizar cosas importantes desde posiciones más humildes. Muchas
lo han hecho y aún están listas para hacerlo.—
Special Testimonies
on Education, 15, 1-2 (1911)
.
La gran mayoría de los israelitas había preferido quedar en la
tierra de su destierro, antes que arrostrar las penurias del regreso y
del restablecimiento de sus ciudades y casas desoladas [...].
[43]
Mediante el agageo Amán, hombre sin escrúpulos que ejercía
mucha autoridad en Medo-Persia, Satanás obró en ese tiempo para
contrarrestar los propósitos de Dios. Amán albergaba acerba malicia
contra Mardoqueo, judío que no le había hecho ningún daño, sino
que se había negado simplemente a manifestarle reverencia al punto
de adorarlo [...].
Engañado por las falsas declaraciones de Amán, Jerjes fue indu-
cido a promulgar un decreto que ordenaba la matanza de todos los