Página 71 - Hijas de Dios (2008)

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Mujeres notables del Nuevo Testamento
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María volvió a salir, sin seguir escuchando siquiera las palabras
de los ángeles, pensando que quizá pudiera encontrar a alguien que
le dijese qué se había hecho con Jesús. Mientras tanto otra voz se
dirige hacia ella y le pregunta: “Mujer, ¿por qué lloras?” A través
de sus lágrimas María ve a alguien que supone que es el jardinero.
“Señor”, le dice, “si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo
lo llevaré”. Jesús le dijo: “¡María!”. Esa voz familiar la hace voltear.
Ahora sabe que no es un extraño quien le habla. Delante de ella ve al
Salvador viviente. Se vuelca hacia él como para abrazarle sus pies,
diciendo: “¡Raboni!” Pero el Salvador la toma de la mano, la levanta
y le dice: “¡Suéltame!, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve
a mis hermanos y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi
Dios y a vuestro Dios””.
Juan 20:14-17
.—
The Youth’s Instructor,
21 de julio de 1898
.
“Id”, dijeron los ángeles a las mujeres, “decid a sus discípulos, y
a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis como os
dijo”.
Marcos 16:7
[...]. “Decid a sus discípulos y a Pedro”, dijeron
los ángeles. Desde la muerte de Cristo, Pedro había estado postrado
por el remordimiento [...]. Todos los discípulos habían abandonado a
Jesús, y la invitación a encontrarse con él vuelve a incluirlos a todos.
No los había desechado. Cuando María Magdalena les dijo que había
visto al Señor, repitió la invitación a encontrarlo en Galilea. Y por
tercera vez, les fue enviado el mensaje. Después que hubo ascendido
al Padre, Jesús apareció a las otras mujeres diciendo: ““¡Salve!” Y
ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y lo adoraron. Entonces Jesús
les dijo: “No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que
vayan a Galilea, y allí me verán””.
Mateo 28:9-10
.—
El Deseado de
Todas las Gentes, 735-736 (1898)
.
Mujeres que seguían a Jesús
Elena G. de White no identifica a las personas que seguían a Jesús
de lugar en lugar durante su ministerio. Sin embargo, las
declaraciones siguientes nos dan una idea de algunas mujeres que
lo seguían y apoyaban su ministerio con sus recursos materiales
.