132
Hijas De Dios
lo hicieran, sus propias almas recibirían una gran bendición. Dios
quiere que su pueblo trabaje; que cada hombre—y eso significa
también cada mujer—, realice la tarea que le ha sido encomendada,
de acuerdo a su capacidad.—
The General Conference Bulletin, 22
de abril de 1901
.
El colportaje
El colportaje es una noble tarea
—El colportaje es un trabajo
misionero, y debiera realizarse con esto en mente. Los que se elijan
como colportores deben ser hombres y mujeres que sientan una
responsabilidad de servir, y cuyo objetivo no sea obtener ganancias,
sino hacer el trabajo que necesita ser hecho para iluminar al mundo.
Todo nuestro servicio debe ser hecho para la gloria de Dios, y para
dar la luz de la verdad a los que están en tinieblas. Cosas tales como
el amor al dinero, a la posición y a la exhaltación, que son principios
egoístas, ni debieran mencionarse entre nosotros.—AUCR, Mayo 1,
1901.
Uno de los trabajos más importantes
—Si hay un trabajo más
importante que otro, es el de llevar la literatura a la gente para
interesarla en investigar las Escrituras. El presentar las publicaciones
a las familias y orar con ellas y por ellas, es un trabajo misionero
de primera clase. Esta buena obra es ideal para educar hombres y
mujeres a hacer trabajo pastoral.—
Testimonies for the Church 4:390
(1880)
.
[143]
El trabajo por los ancianos y abandonados
A un kilómetro de nuestro sanatorio [Hinsdale] se encuentra el
hogar de los soldados; un lugar donde centenares de veteranos y
sus esposas están ubicados. En este lugar debiera hacerse un trabajo
misionero especial. Que aquellos que aman al Señor rediman el
tiempo y trabajen por estos ancianos descuidados; Cristo ha com-
prado sus almas con el precio de su propia sangre. Para esta tarea,
deben seleccionarse hombres y mujeres discretos que no se frustren
ni se desanimen. Y que nadie rebaje sus esfuerzos, porque el Señor
estará con aquellos que trabajan con renunciamiento y sacrificio