Página 138 - Hijas De Dios (1999)

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Hijas De Dios
esta obra requiere, si no estuviéramos creciendo en la gracia y en el
conocimiento del Señor Jesucristo. Todos los que trabajan en esta
solemne obra que se me ha dado, deben representarla correctamente.
Deben ser ejemplo de humildad, de fidelidad, de renunciamiento.
Deben mostrar acción vigorosa y una fidelidad no fluctuante a la
santificadora influencia de la verdad, y deben estar dispuestos a sa-
crificarse y trabajar para bendecir a otros. Para lograrlo, debe existir
una experiencia cristiana siempre creciente; una fe fuerte y una
consagración completa; y la simpatía, la ternura y el amor deben
permear el alma. Debe manifestarse paciencia en la tribulación y
una similitud con Jesús en la conversación. Aun los pensamientos
deben ser puestos en cautividad con Cristo.
Aún debe ganar experiencia. No puede centrarse en sí misma y
estar preparada para cualquier responsabilidad en la causa de Cristo,
por más difícil o peligrosa que sea. Si busca la gloria de Dios, su
crecimiento será manifiesto a todos. Al emplear cada recurso de la
gracia divina, su amor por Dios y por quienes trabajan con usted,
será tan puro como el amor de Cristo. Entonces será llena de los
frutos de justicia y de todo aquello que es excelente para la gloria de
Jesucristo y la alabanza a Dios. Si quiere ver el reino de los cielos,
su vida cristiana debe moldearse en forma diferente.
Se me ha presentado la vida de muchos en la iglesia como si
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fueran personas que se están ahogando y que luchan desesperada-
mente por mantener su cabeza fuera del agua. En su vida religiosa
no han muerto al yo; el yo es su ídolo y lo adoran. Una experiencia
débil y fluctuante abre el camino para las tentaciones de Satanás y
para el fracaso espiritual. En cambio, aquellos que esperan fielmente
en el Señor, recibirán nuevas fuerzas. Cuando lleguen las pruebas,
entonces la fe, el amor, la paciencia y la constancia serán pesados
en las balanzas doradas del santuario celestial.
En la escuela de Cristo usted debe aprender la mansedumbre y
la humildad de corazón; debe ser entrenada, disciplinada y educada
para ser de utilidad en esta tierra, y para la vida inmortal. Que estas
palabras puedan tener el efecto correcto sobre su mente. Tengo
interés en su salvación. Que nada pueda atraer, desviar, o distraer su
mente de la gran obra que debe hacer. Por su bienestar presente y
eterno, debe ver que el presente estado de cosas no continúe. Que no
se diga de usted en el futuro como se dijo de los cristianos hebreos: