Página 210 - Hijas De Dios (1999)

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Capítulo 20—Los deberes prácticos de la vida
Los niños son la preciosa herencia de Dios, y desde sus más tiernos
años deben ser intruidos, disciplinados y entrenados a llevar las
cargas de la vida. Estas serán livianas al principio; pero los niños
deben ser cuidadosamente educados a hacer su parte, a fin de que
aprendan a realizar sus trabajos con aptitud y voluntad.—
The
Review and Herald, 17 de mayo de 1898
.
Es esencial enseñar labores útiles
Jesús, ejemplo de un trabajador perfecto
—En su vida terre-
nal fue Cristo un ejemplo para toda la familia humana y en el hogar
fue obediente y útil. Aprendió el oficio de carpintero y con sus pro-
pias manos trabajó en el pequeño taller de Nazaret... La Biblia dice
de Jesús: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y
la gracia de Dios era sobre él”.
Lucas 2:40
. A medida que trabajaba,
durante su infancia y juventud, su mente y su cuerpo se desarro-
llaban. No empleó sin miramiento sus fuerzas físicas, sino que les
proporcionó una clase de ejercicio tal como para mantenerlas en
buen estado, a fin de poder hacer el trabajo mejor en cualquier línea.
No quería ser defectuoso ni aun en el manejo de las herramientas.
Era perfecto como obrero y era perfecto en cuanto al carácter.—
La
Educación Cristiana, 352-353 (1896)
.
Las mujeres deben adquirir conocimiento de los deberes del
hogar
—Algunas damas consideradas bien educadas y graduadas
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con honores en alguna institución académica, son vergonzosamente
ignorantes de los deberes prácticos de la vida. No tienen las califi-
caciones necesarias para dirigir correctamente una familia, cuando
esto es tan esencial para la felicidad familiar. Pueden hablar del
nivel elevado de la mujer y de sus derechos, pero se quedan muy por
debajo del verdadero nivel de una mujer.
Es el derecho de cada hija de Eva tener un conocimiento comple-
to de los deberes del hogar, y recibir entrenamiento en cada aspecto
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