Página 211 - Hijas De Dios (1999)

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Los deberes prácticos de la vida
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de las labores domésticas. Cada señorita debiera ser educada de tal
manera que si fuera llamada a cumplir la posición de esposa y madre,
estará en condiciones de presidir como una reina en sus dominios.
Debiera ser plenamente competente para instruir a sus hijos y dirigir
a los sirvientes, o a realizar las tareas con sus propias manos.
Es el derecho de cada mujer entender los mecanismos del cuerpo
humano, y los principios de higiene, de dieta y vestimenta, de trabajo
y recreación, y de muchos otros que están íntimamente ligados al
bienestar de la familia. Es su derecho obtener un conocimiento de
los mejores métodos de tratar la enfermedad para poder atender a
sus hijos enfermos, en lugar de dejar sus preciosos tesoros en manos
de enfermeras y médicos desconocidos.
La idea de que la ignorancia en las labores útiles es una carac-
terística esencial de una verdadera dama o caballero, es contraria
al plan de Dios para la creación del hombre. La ociosidad es un
pecado, y la ignorancia de los deberes comunes de la vida es el
resultado de una insensatez que después producirá amplia ocasión
para arrepentirse amargamente.—
The Signs of the Times, 1 de junio
de 1877
.
El valor de la educación práctica
¿Por qué trabajar antes de jugar?
—Mi madre me enseñó a
trabajar. Acostumbraba a preguntarle: “¿Por qué debo trabajar tanto
antes de jugar?” Es para educar y enseñar tu mente para el trabajo útil.
Y otra cosa más: para mantenerte alejada de las travesuras. Cuando
seas grande me agradecerás por ello. Cuando una de mis nenas
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[una nieta] me dijo: “¿Por qué debo tejer? Las abuelas tejen”, yo le
repliqué: “¿Quieres decirme cómo aprendieron a tejer las abuelas?”
“Pues—dijo ella—, comenzaron cuando eran niñitas.”—
Conducción
del Niño, 114-115 (1887)
.
Las jóvenes deben ser entrenadas para sostenerse
—Muchos
que consideran necesario que el hijo varón sea entrenado para soste-
nerse en el futuro, consideran totalmente opcional... el educar a una
hija para sostenerse a sí misma. En la escuela hay pocas posibili-
dades de aprender una profesión que les permita ganarse el pan de
cada día. Y si no reciben instrucción en el hogar con respecto a los