Página 74 - Hijas De Dios (1999)

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Hijas De Dios
¿Por qué conectó Pablo su trabajo manual con la predicación
del Evangelio? ¿Acaso no es el obrero digno de su salario? ¿Por
qué no dedicó todo su tiempo a la predicación? ¿Acaso perdió
tiempo y fuerzas al construir tiendas? Pablo no consideró el tiempo
dedicado a fabricar tiendas como tiempo perdido. Mientras trabajaba
con Aquila, se mantenía conectado al gran Maestro, y le daba a
su compañero la instrucción necesaria en las cosas espirituales.
También educaba a los creyentes en el tema de la unidad. Mientras
trabajaba en su negocio daba un ejemplo de diligencia y dedicación.
Era diligente en los negocios, ferviente en espíritu, sirviendo al
Señor. Junto con Aquila y Priscila celebró más de una reunión de
oración con sus demás colaboradores en el trabajo de hacer tiendas.
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Esto daba un testimonio del valor de la verdad que predicaba.—
AUG, Junio 16, 1909.
Aquila y Priscila no fueron llamados a dedicar todo su tiempo al
ministerio del Evangelio; sin embargo, estos humildes trabajadores
fueron usados por Dios para enseñar más perfectamente a Apolos el
camino de la verdad. El Señor emplea diversos instrumentos para
el cumplimiento de su propósito; mientras algunos con talentos es-
peciales son escogidos para dedicar todas sus energías a la obra de
enseñar y predicar el Evangelio, muchos otros, a quienes nunca fue-
ron impuestas las manos humanas para su ordenación, son llamados
a realizar una parte importante en la salvación de las almas.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 286 (1911)
.
Después de dejar Corinto, el próximo escenario de la labor de
Pablo fue Efeso. Estaba en camino a Jerusalén, para asistir a una
fiesta próxima; y su estada en Efeso fue necesariamente breve. Ra-
zonó en la sinagoga con los judíos, quienes fueron impresionados
tan favorablemente que le rogaron que continuara sus labores entre
ellos. Su plan de visitar a Jerusalén le impidió detenerse entonces,
mas prometió volver a visitarles “queriendo Dios”. Aquila y Priscila
le habían acompañado a Efeso, y los dejó allí para que continuaran
la obra que había comenzado.—
Los Hechos de los Apóstoles, 218
(1911)
.