88
Hijas De Dios
otra vez. Aunque sentía su salida, Elena de White consideró que
Sara Peck debía aceptar lo que el Señor le pidiera que hiciese.
Querida Hna. Peck: Durante nuestra conversación esta mañana,
me sentí perpleja por no saber qué decir con relación a su trabajo.
La amo verdaderamente y quisiera verla trabajar donde mejor pueda
servir al Maestro.
No sé cuál será su decisión o elección. Muchos desean y anhelan
verla entrar nuevamente en la obra educativa. Si usted siente que ese
es su deber, estoy dispuesta a liberarla de su empleo conmigo. No
conozco a nadie que esté mejor capacitado que usted para realizar
la tarea educativa. Y en relación a su trabajo aquí, no puedo decir
[95]
demasiado, pues usted ha sido llamada a tantas otras líneas de trabajo
en el pasado.
Una cosa debo decirle. Si usted elige permanecer conmigo, el
trabajo en la escuela debe ser puesto a un lado. Si usted prefiere
trabajar en la obra educativa, entonces debe quedar libre para hacerlo
de tal manera que pueda prestar una atención indivisa a esa tarea.
Dejo el asunto enteramente con usted, a fin de tomar una decisión por
usted misma. No me atrevería a decidir por usted. La gran necesidad
de maestros con su capacidad, es lo único que me mueve a liberarla.
Son tantos los que me han hablado de su talento y eficiencia como
educadora, que no me atrevería a mantenerla. Y si en el futuro usted
quisiera volver a trabajar conmigo, con seguridad no será menos
eficiente que ahora.
Le escribo esto para que no esté en la incertidumbre. Busque
al Señor por usted misma. Si se siente impresionada a permanecer
conmigo, tengo para usted trabajo en abundancia. Si le parece que
la voluntad de Dios es esa, debemos seguir trabajando juntas con
todo fervor, sin permitir que otros vengan e intenten darle una doble
carga.
Ahora, mi hermana, me preocupa que si usted acepta el traba-
jo en la escuela, no se cargue con demasiadas responsabilidades.
Haga su obra como la hizo en la escuela de Santa Elena. Si yo
tuviera que actuar en Redlands o Loma Linda, podríamos hacer una
obra conjunta para preparar a los estudiantes para este tiempo y la
eternidad.
Que el Señor la bendiga y la colme de su Santo Espíritu donde-
quiera que usted trabaje. Si es su suerte educar a los estudiantes para