Página 116 - La Historia de la Redenci

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Capítulo 18—La ley de Dios
Este capítulo está basado en Éxodo 19 Y 20.
Después que los hijos de Israel salieron de Refidim llegaron al
“desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel
delante del monte. Y Moisés subió a Dios: y Jehová lo llamó desde
el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los
hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios y cómo
os tomé sobre alas de águila, y os he traído a mí. Ahora, pues, si
diereis oído a mi voz, y guardaréis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son
las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés,
y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos
todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y todo el pueblo
respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.
Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo”.
Este hizo entonces un pacto solemne y aceptó a Dios como su
gobernante, y por medio de él los israelitas se convirtieron en los
súbditos especiales de su divina autoridad. “Entonces Jehová dijo
a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el
pueblo oiga mientras yo habló contigo, y también para que te crean
para siempre”. Cuando los hebreos enfrentaban dificultades en el
camino, estaban dispuestos a murmurar contra Moisés y Aarón, y
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los acusaban de haber sacado de Egipto a las huestes de Israel para
destruirlas. Dios quería honrar a Moisés en presencia de ellos, para
que se sintieran inducidos a confiar en sus instrucciones, y supieran
que había puesto su Espíritu en él.
Preparativos para acercarse a Dios
El Señor dio a Moisés directivas definidas a fin de que el pueblo
se preparara para que él pudiera acercarse a ellos, y para que pudieran
oír su voz anunciada, no por ángeles, sino por Dios mismo. “Y
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