Página 119 - La Historia de la Redenci

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La ley de Dios
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mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día;
por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen
sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
“No matarás.
“No cometerás adulterio.
“No hurtarás.
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de
tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa
alguna de tu prójimo”.
Los dos primeros mandamientos pronunciados por Jehová atacan
la idolatría, porque ésta, al ser practicada, induce al hombre a sumirse
muchísimo en el pecado y la rebeldía, y resultaría con el tiempo
en la ofrenda de sacrificios humanos. El Señor quería proteger a su
pueblo para que ni se acercara a tales abominaciones. Los cuatro
primeros mandamientos se dieron para mostrar al hombre cuáles
son sus deberes hacia el Altísimo. El cuarto es el eslabón que une
al gran Dios con el hombre. El sábado fue dado especialmente
en beneficio del hombre y para honra del Señor. Los seis últimos
preceptos señalan el deber del hombre hacia sus semejantes.
El sábado había de ser una señal entre Dios y su pueblo para
siempre. De esta manera se manifestaría la señal: todos los que
guardaran el sábado pondrían de manifiesto mediante esa enseñanza
que eran adoradores del Dios viviente, Creador de los cielos y la
tierra. El sábado sería una señal entre el Señor y su pueblo mientras
hubiera gente sobre la tierra que le sirviese.
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“Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el
sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo,
temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú
con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros,
para que no muramos. Y Moisés respondió al pueblo: No temáis;
porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de
vosotros, para que no pequéis.
“Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la
oscuridad en la cual estaba Dios. Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás
a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el
cielo con vosotros”. La majestuosa presencia del Señor en el Sinaí y