Página 163 - La Historia de la Redenci

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La primera venida de Cristo
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enseñó a dirigir su mirada hacia él y a seguirlo como el gran Maestro.
La vida de Juan estuvo llena de pesar y abnegación. Anunció el
primer advenimiento de Cristo pero no se le permitió ser testigo de
sus milagros y disfrutar del poder que manifestaba. Cuando Jesús
comenzó a presentarse como Maestro, Juan se dio cuenta de que
tenía que morir. Rara vez se oía su voz, salvo en el desierto. Su vida
fue solitaria. No se aferró a la familia de su padre para gozar de su
sociabilidad, sino que los dejó para cumplir su misión. Multitudes
abandonaban sus atareadas ciudades y aldeas y se reunían en el
desierto para escuchar las palabras de ese maravilloso profeta. Juan
hincó el hacha en la raíz del árbol. Reprobó el pecado sin tomar en
cuenta las consecuencias, y preparó el camino para el Cordero de
Dios.
Herodes se sintió impresionado al escuchar los testimonios pode-
rosos y certeros de Juan, y con profundo interés preguntó qué debía
hacer para ser su discípulo. Este estaba al tanto del hecho de que
el rey quería casarse con la mujer de su hermano, mientras aquél
todavía vivía, y con fidelidad le dijo que eso no era correcto. Pero
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Herodes no estaba dispuesto a hacer sacrificios. Se casó con la mujer
de su hermano, y como resultado de la influencia de ésta prendió a
Juan y lo puso en la cárcel, con la intención, sin embargo, de soltarlo
después. Mientras se hallaba allí confinado, se enteró por medio de
sus discípulos de las poderosas obras de Jesús. No podía escuchar
sus palabras llenas de gracia, pero los discípulos le informaron y
lo consolaron con lo que habían oído. Pronto Juan fue decapitado
como resultado de la influencia de la mujer de Herodes. Vi que los
más humildes discípulos que siguieron a Jesús y fueron testigos de
sus milagros y escucharon las consoladoras palabras que brotaban
de sus labios, fueron mayores que Juan el Bautista, es decir fueron
más exaltados y honrados, y derivaron mayor placer de la vida.
Juan vino con el espíritu y el poder de Elías para proclamar el
primer advenimiento de Jesús. Se me señalaron los últimos días y vi
que Juan representa a los que saldrán con el espíritu y el poder de
Elías para anunciar el día de la ira y la segunda venida de Jesús.