El juicio de Cristo
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Pilato hubiera seguido sus propias convicciones, no habría tenido
nada que hacer con la condenación de Jesús.
El aspecto y las palabras del Señor durante su juicio causaron
una profunda impresión en las mentes de los muchos que se halla-
ban presentes en esa ocasión. El resultado de la influencia ejercida
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entonces resultó evidente después de su resurrección. Entre los que
se añadieron a la iglesia había muchos cuya convicción comenzó en
el momento del juicio de Cristo.
Satanás se airó muchísimo cuando vio que la crueldad con que
los judíos habían tratado a Jesús a instancias suyas no había logrado
que emitiera la más mínima queja. Aunque había tomado sobre sí la
naturaleza humana, estaba sostenido por una fortaleza divina, y no
se apartó en lo más mínimo de la voluntad de su Padre.
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