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La Historia de la Redención
Pablo recuerda su experiencia
Al escribir a los filipenses describió su experiencia antes y des-
pués de su conversión. “Aunque yo tengo también de qué confiar en
la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo
más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de
Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto
a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la
ley, irreprensible”.
Filipenses 3:4-6
.
Después de su conversión su testimonio fue: “Y ciertamente, aun
estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conoci-
miento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido
todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él,
no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la
fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”.
Filipenses 3:8, 9
.
La justicia que hasta ese momento había creído que era tan
valiosa, ahora le parecía carente de valor. El anhelo de su alma era:
“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación
de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si
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en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No
que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo,
por ver si logro asir aquello para lo cual también fui asido por Cristo
Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Filipenses 3:10-14
.
Un obrero capaz de adaptarse
Veámoslo en la celda de Filipos donde a pesar de que su cuerpo
estaba traspasado de dolor, su himno de alabanza interrumpió el
silencio de la medianoche. Cuando el terremoto abrió las puertas de
la cárcel, nuevamente se escuchó su voz en las palabras llenas de
gozo que dirigió al carcelero pagano: “No te hagas ningún mal, pues
todos estamos aquí”.
Hechos 16:28
. Todos en su sitio, contenidos por
la presencia de un compañero de prisiones. El carcelero, convencido
de la realidad de la fe que sostenía Pablo, interrogó acerca del camino