Página 277 - La Historia de la Redenci

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Los primeros reformadores
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Se hacían enérgicos esfuerzos para fortalecer y extender el poder
papal, pero mientras los papas seguían pretendiendo que eran los
representantes de Cristo, sus vidas eran tan corrompidas que disgus-
taban a la gente. Mediante la ayuda del invento de la imprenta las
Escrituras circularon con mayor amplitud, y muchos fueron induci-
dos a ver que las doctrinas del papado no tenían apoyo en la Palabra
de Dios.
Cuando un testigo se veía obligado a deponer la antorcha de
la verdad, otro la tomaba de su mano y con valor indomable la
mantenía en alto. La batalla que comenzaba daría como resultado
la emancipación, no sólo de individuos e iglesias, sino de naciones
también. A través del abismo constituido por centenares de años los
hombres extendieron las manos para aferrarse de la de los lolardos de
la época de Wycliffe. Con Lutero comenzó la reforma en Alemania.
Calvino predicó el Evangelio en Francia; Zwinglio lo hizo en Suiza.
El mundo despertó de su sopor secular, y de país en país resonaron
las mágicas palabras: “Libertad religiosa”.
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