Página 278 - La Historia de la Redenci

Basic HTML Version

Capítulo 47—Lutero y la gran reforma
Entre los que fueron llamados a conducir a la iglesia de las
tinieblas papales a la luz de un fe más pura, descuella Martín Lutero.
Celoso, ardiente y consagrado, sin conocer otro temor que el temor
de Dios, y sin aceptar otro fundamento para la fe religiosa que las
Sagradas Escrituras, Lutero era el hombre para su época. Por su
intermedio Dios llevó a cabo una gran obra para la reforma de la
iglesia y la iluminación del mundo.
En cierta oportunidad, mientras examinaba los libros de la bi-
blioteca de la universidad, Lutero descubrió una Biblia en latín.
Antes había escuchado algunos fragmentos de los Evangelios y de
las epístolas en el culto público, y llegó a la conclusión de que eso
debía ser toda la Palabra de Dios. Ahora, por primera vez, veía una
Biblia completa. Con una mezcla de temor y admiración hojeó las
páginas sagradas; con pulso acelerado y corazón conmovido leyó
por sí mismo las palabras de vida, deteniéndose de vez en cuando
para exclamar: “¡Oh, si Dios me diera este libro para tenerlo yo
mismo para mí!” Los ángeles del cielo estaban a su lado, y los rayos
de luz procedentes del trono de Dios revelaron tesoros de verdad
a su entendimiento. Siempre temió ofender a Dios, pero entonces
la profunda convicción de su condición pecaminosa se apoderó de
él como nunca antes. Un ferviente deseo de ser libre del pecado y
[358]
encontrar paz con Dios lo indujo finalmente a entrar al claustro y
dedicarse a la vida monacal.
Todo momento libre que le permitían sus deberes cotidianos los
empleaba en estudiar, privándose del sueño y aún sacando tiempo
de los momentos que dedicaba a sus humildes comidas. Sobre todas
las cosas se deleitaba en el estudio de la Palabra de Dios. Descubrió
una Biblia encadenada al muro del convento, y a menudo acudía a
ella.
Lutero fue ordenado sacerdote y se lo llamó desde el claustro
para que ejerciera un profesorado en la universidad de Wittenberg.
Allí se dedicó al estudio de las Escrituras en sus idiomas originales.
274