Página 291 - La Historia de la Redenci

Basic HTML Version

Capítulo 50—El mensaje del primer ángel
La profecía del mensaje del primer ángel, revelada en la visión
de (
Apocalipsis 14
), encontró su cumplimiento en el movimiento ad-
ventista de 1840 a 1844. Tanto en Europa como en América algunos
hombres de fe y oración se sintieron profundamente conmovidos
cuando su atención se concentró en las profecías y, al examinar el
registro inspirado, descubrieron evidencias convincentes de que el
fin de todas las cosas estaba cerca. El Espíritu de Dios instó a sus
siervos a dar la advertencia. El mensaje del Evangelio eterno se
esparció por todas partes: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la
hora de su juicio ha llegado”.
Apocalipsis 14:7
.
Doquiera aparecieron los misioneros, se proclamaron también
las buenas nuevas del pronto regreso de Cristo. En diferentes lugares
se encontraron grupos aislados de cristianos que, únicamente por
medio del estudio de las Escrituras, creyeron que el advenimiento
del Salvador estaba próximo. En algunos lugares de Europa, cuyas
leyes eran tan opresivas que prohibían la predicación de la doctri-
na adventista, los niños fueron impulsados a declararla, y muchos
escucharon la solemne advertencia.
A Guillermo Miller y sus colaboradores les fue confiada la predi-
cación del mensaje en los Estados Unidos, y la luz que encendieron
sus labores resplandeció hasta en tierras distantes. El Señor envió a
[374]
su ángel para que tocara el corazón de un granjero que no creía en
la Biblia, a fin de inducirlo a escudriñar las profecías. Los ángeles
de Dios repetidas veces visitaron a aquel escogido para guiar su
mente y abrir a su comprensión las profecías que siempre habían
sido oscuras para el pueblo de Dios. Se le concedió descubrir el
comienzo de la cadena de la verdad, y se lo indujo a buscar eslabón
tras eslabón, hasta que pudo contemplar maravillado y admirado la
Palabra de Dios. Vio la perfecta cadena de la verdad. La Palabra
que según él no era inspirada, ahora se abría ante sus ojos con su
belleza y su gloria. Descubrió que una porción de las Escrituras
explica la otra, y que cuando un pasaje le resultaba incomprensible,
287