Página 295 - La Historia de la Redenci

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El mensaje del primer ángel
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vituperaron a Cristo y a sus santos ángeles porque su profeso pueblo
lo amaba tan poco que no deseaba que regresara.
Los atalayas infieles estorbaban el progreso de la obra de Dios.
Cuando la gente comenzaba a inquietarse, y a buscar el camino de
la salvación, esos dirigentes se interponían entre ellos y la verdad
y trataban de calmar sus temores mediante falsas interpretaciones
de la Palabra de Dios. A esa obra se unieron Satanás y los ministros
no consagrados para clamar: “¡Paz, paz!” cuando Dios no había
hablado de paz. Como los fariseos de los días de Cristo muchos no
quisieron entrar en el reino de los cielos y se lo impidieron a los que
estaban por entrar. La sangre de esas almas les será requerida.
Por donde se proclamaba el mensaje de la verdad, los miembros
de iglesia más humildes y consagrados eran los primeros en recibirlo.
Los que estudiaban la Biblia por sí mismos no podían dejar de
verificar el carácter antibíblico de las ideas populares acerca de
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la profecía, y donde la gente no era engañada por los esfuerzos
del clero para confundir y pervertir la fe, sólo había que comparar
la doctrina del advenimiento con las Escrituras para establecer su
divina autoridad.
Muchos fueron perseguidos por sus hermanos incrédulos. Para
conservar sus cargos en la iglesia algunos resolvieron mantener su
esperanza en silencio, pero otros creyeron que la lealtad a Dios no
les permitía ocultar las verdades que el Señor les había confiado. No
pocos fueron separados de la comunión de la iglesia solamente por
manifestar su creencia en la venida de Cristo. Muy preciosas fueron
las palabras del profeta para quienes soportaron la prueba de su fe:
“Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de
mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para
alegría vuestra, y ellos serán confundidos”.
Isaías 66:5
.
Los ángeles de Dios observaron con profundo interés cuál sería
el resultado de esta amonestación. Cuando las iglesias en conjunto
rechazaron el mensaje, éstos se apartaron de ellas con tristeza. Pero
había numerosos miembros que aún no habían sido probados en
cuanto a la verdad del advenimiento. Muchos fueron engañados por
sus esposos, esposas, padres o hijos, y fueron inducidos a creer que
era pecado escuchar las herejías que enseñaban los adventistas. Los
ángeles recibieron la orden de velar fielmente por esas almas, porque
otra luz había de brillar sobre ellos proveniente del trono de Dios.