Página 322 - La Historia de la Redenci

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La Historia de la Redención
los confinará en el infierno para que sufran eternamente, ni tampoco
los llevará al cielo; porque si los pusiera en contacto con los puros
y santos serían sumamente desgraciados. En cambio, los destruirá
por completo y serán como si nunca hubieran existido; entonces su
justicia quedará satisfecha. Hizo al hombre del polvo de la tierra, y
los desobedientes e impíos serán consumidos por fuego y volverán a
ser polvo. Vi que la bondad y la compasión de Dios con respecto a
este asunto debieran inducir a todos a admirar su carácter y a adorar
su santo nombre. Cuando los impíos hayan sido raídos de la tierra,
toda la hueste celestial dirá: “¡Amén!”
Satanás observa con gran satisfacción a los que profesan el nom-
bre de Cristo y sin embargo se aferran tenazmente a los engaños que
él mismo ha originado. Sigue siendo su tarea elucubrar nuevos en-
gaños, y su poder y su arte en este sentido aumentan continuamente.
Indujo a sus representantes, los papas y sacerdotes, a exaltarse a sí
mismos y a incitar al pueblo a perseguir acerbamente y destruir a
los que no querían aceptar sus errores. ¡Oh! ¡Cuántos sufrimientos
y agonías tuvieron que soportar los preciosos seguidores de Cristo!
Los ángeles han llevado un registro exacto de todo esto. Con rego-
cijo Satanás y sus demonios dijeron a los ángeles que servían a los
santos que sufrían que todos ellos iban a ser muertos para que no
quedara un solo cristiano verdadero en la tierra. Vi que entonces la
iglesia de Dios era pura. No había peligro de que entraran en ella
hombres de corazón corrupto, porque el verdadero cristiano, que
se atrevía a declarar su fe, corría peligro de ser llevado al potro, a
la hoguera y a la tortura que Satanás y sus malos ángeles podían
inventar o inspirar a la mente humana.
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