Página 323 - La Historia de la Redenci

Basic HTML Version

Capítulo 57—El espiritismo
La doctrina de la inmortalidad del alma ha preparado el camino
para el espiritismo moderno. Si se admite a los muertos ante la
presencia de Dios y de los santos ángeles, y se les da el privilegio
de disponer de un conocimiento muy superior al que antes poseían,
¿por qué no podrían regresar a la tierra para iluminar e instruir a los
vivientes? ¿Cómo pueden rechazar los que creen que los muertos
son conscientes lo que les llega como luz divina transmitida por
medio de espíritus glorificados? Este es una canal que se considera
sagrado, por cuyo medio Satanás obra para cumplir sus propósitos.
Los ángeles caídos que ejecutan sus órdenes aparecen como men-
sajeros del mundo de los espíritus. Mientras pretende poner a los
vivos en comunicación con los muertos, el enemigo ejerce sobre sus
mentes su mágica influencia.
Tiene poder incluso para hacer surgir delante de los hombres la
apariencia de sus amigos fallecidos. La falsificación es perfecta: la
expresión familiar, las palabras, el tono de la voz, son reproducidos
con maravillosa nitidez. Muchos se consuelan con la seguridad
de que sus amados están disfrutando de las venturas celestiales, y
sin sospechar del peligro prestan oídos a espíritus seductores y a
doctrinas de demonios.
Cuando se los convence de que los muertos en realidad regre-
san para comunicarse con ellos, Satanás hace aparecer a los que
[413]
descendieron a la tumba sin estar preparados. Dicen que están fe-
lices en el cielo, e incluso que ocupan puestos elevados allí; y así
se enseña por todas partes el error de que no hay diferencia entre
los justos y los impíos. Los pretendidos visitantes del mundo de los
espíritus algunas veces formulan advertencias o amonestaciones que
resultan correctas. Entonces, cuando han logrado infundir confianza,
presentan doctrinas que minan directamente la fe en las Escrituras.
Al aparentar profundo interés en el bienestar de sus amigos de la
tierra, insinúan los más peligrosos errores. El hecho de que dicen
algunas verdades, y a veces son capaces de predecir eventos futuros,
319