Página 324 - La Historia de la Redenci

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La Historia de la Redención
da a sus declaraciones una apariencia de veracidad; y las multitudes
aceptan tan rápidamente esas falsas enseñanzas, como si fueran las
más sagradas verdades de la Biblia. Se pone a un lado la ley de
Dios, se desprecia el Espíritu de gracia y se desconoce la santidad
de la sangre del pacto. Los espíritus niegan la divinidad de Cristo
e incluso ponen al Creador a su misma altura. De este modo, bajo
un nuevo disfraz, el gran rebelde prosigue su lucha contra Dios, que
comenzó en el cielo, y que por casi seis mil años ha continuado en
la tierra.
Muchos tratan de explicar las manifestaciones espiritistas atri-
buyéndolas enteramente a fraudes y prestidigitación por parte del
médium. Aunque es cierto que numerosas veces se han presentado
trucos como si fueran manifestaciones genuinas, tambien ha habido
señaladas demostraciones de poder sobrenatural. Los ruidos mis-
teriosos con los cuales comenzó el espiritismo moderno no fueron
el resultado de trucos o habilidades humanos, sino obra directa de
ángeles malignos, que de ese modo introdujeron uno de los engaños
más eficaces para la destrucción de las almas. Muchos serán entram-
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pados gracias a su opinión de que el espiritismo es sólo impostura
humana; cuando se enfrenten con manifestaciones evidentemente
sobrenaturales serán engañados e inducidos a aceptarlas como el
gran poder de Dios.
Esas personas pasan por alto el testimonio de las Escrituras con
respecto a las maravillas realizadas por Satanás y sus instrumentos.
Con la ayuda del enemigo los magos de Egipto pudieron falsificar
la obra de Dios. El apóstol Juan, al describir el poder milagroso que
se manifestará en los últimos días, dice: “También hace grandes
señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a
la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la
tierra con las señales que se le ha permitido hacer”.
Apocalipsis
13:13, 14
. No se trata aquí de meras imposturas. Se engaña a los
hombres mediante los milagros que los intrumentos de Satanás
pueden realizar, y no por los que pretenden hacer.
Una forma moderna de hechicería
La sola palabra hechicería ahora provoca desprecio. La preten-
sión de que los hombres puedan comunicarse con los espíritus se